En ocasiones la lucha feminista me resulta agotadora, pero finalmente la rabia y la furia que me llena por dentro cuando analizo la posición de las mujeres en la sociedad, solo por ser mujeres, es mucho más fuerte que la desilusión y la desesperanza.

Quizá fue el enfado los que nos llevó hace un año a iniciar un proyecto de asamblea feminista en nuestro pequeño pueblo. La idea surgió de un grupo de amigas conscientes de la falta de un espacio seguro de encuentro para todas las mujeres del entorno que desearan unirse y luchar conjuntamente desde una visión local.

Cuando celebramos la primera reunión en julio de 2020 no nos esperábamos que la asamblea fuese acogida de forma tan positiva, ni que las jóvenes de nuestro ámbito tuviesen tantas inquietudes en relación al feminismo.

Fuimos y seguimos siendo conscientes de lo necesarios que son los espacios no mixtos para que las mujeres podamos sentirnos seguras al exponer públicamente, ante un grupo de personas, situaciones de abuso y desigualdad vividos, y no sentir el miedo a ser juzgadas y cuestionadas. Además de sentirnos entendidas y respetadas por nuestras compañeras con vivencias similares o no, y disponer de la licencia absoluta para aportar nuevas ideas y sentirnos escuchas y apoyadas.

Hemos podido observar entre todas como las redes de apoyo y sororidad locales son muy necesarias. En ocasiones ante la falta de un espacio fiable, las mujeres abandonamos la lucha feminista, o no participamos activamente. Estos ambientes también invitan a las mujeres que desconocen el feminismo a asomarse, y tener un primer contacto con el movimiento, e ir ampliando su conocimiento sobre él y crear conciencia. Además, suponen también un terreno de paz, amparo y libertad para aquellas niñas y mujeres que por diversas razones no pueden acudir a espacios feministas más alejados.

A pesar de que el proyecto ha nacido en medio de la pandemia por la Covid-19, por lo que la acción en la calle ha sido prácticamente imposible, hemos intentado apostar por acciones donde mujeres externas a la asamblea también puedan tener voz y contar su historia desde el anonimato. Con ello queremos hacer saber que todas son bienvenidas a nuestra lucha y equipo.

Foto: Asamblea Feminista de Ponteareas                      

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