Hoy se cumple un mes del Paro Nacional en Colombia, un momento donde las y los colombianos han visto toda clase de represión, muertes, violencia y guerra.  Se ha vivido momentos realmente angustiantes, transmitidos en vivo por jóvenes donde El Estado no los representa, pero también se ha “destapado” uno de los grandes maleficios de este país, el clasismo. 

El 20 de mayo del 2021, en pleno Paro Nacional,  en el municipio de Caldas Antioquia un incidente de orden público puso las miradas sobre un negocio de comida,  la dueña de la Pizzeria Travel luego de que unos jóvenes se refugiaron en su local, los coge a golpes y los entrega ante la policía.  El 9 de Mayo, en Ciudad Jardín, Cali, un grupo de civiles armados dispararon contra la minga indígena, sacando armas de fuego y creando comités barriales para la “limpieza de su barrio”. Estos dos incidentes tienen relación entre sí, el clasismo. 

Una idea política que lleva más de 20 años en el poder, un estado que ha demostrado todo el autoritarismo, un gobierno que se centra en gobernar para  unos cuantos, promueven las limpiezas sociales, están a favor del porte de arma para civiles,  criminalizan a la oposición, y  a todo el mundo que piense diferente.

Esta idea, este concepto político se ha traslado a algunas esferas de la ciudadanía, muchos de estos ciudadanos de igual pensamientos, prestos a seguir como borregos a estos líderes, han cometido toda clase de violaciones a los derechos humanos para defender lo indefendible. 

Esta gente de bien, que se les infla el pecho diciendo y hablando de que son los protectores; censuran, humillan, amenazan y estigmatizan a  los que hoy están marchando, exigiendo unas garantías dignas de vida.

Muchas interpretaciones llegan a decir que varios de estos personajes en el gobierno utilizan algunas estrategias fascistas para mantenerse en el poder “El fascismo es exitoso, decía, cuando los hombres se niegan a creer en la veracidad de algo, incluso cuando la evidencia lo corrobora. Mentir y lograr convencer a la sociedad de estas mentiras es fundamental”. 

Mientras los jóvenes hoy se están organizando, creando y resistiendo, generando una nueva concepción de lo político, transformando las realidades. Algunas ideas políticas se quedan ahí, atrincherados en el poder, no quieren el cambio, no les gusta lo diferente. 

Es momento de reconocer y hablar de estas cosas, nombrarlas, darle un espacio en la opinión pública y rechazar toda clase de “ideas políticas” que atenten contra los derechos humanos.