En esta inspiradora transmisión de Mujeres que Impactan Astrid Danney Cruz, consultora de empresas, resalta la importancia de pensar diferente pero también buscar ser siempre parte de la solución y no del problema.

Astrid siempre ha pensado de una manera diferente, cada vez que alguien necesitaba ayuda con un problema, era la primera en buscar la solución. Tras dejar su carrera de medicina en Bogotá, llegó al estado de Georgia sin saber ni un poco de inglés pero sí con mucha actitud y talante. Con la energía que sólo tiene una persona decidida, sacó adelante su carrera de medicina en Georgia Tech desde cero. Ser la única mujer hispana en medio de una comunidad de hombres no lo vio como un obstáculo, sino como una oportunidad para dar lo mejor de sí como profesional. 

“Me enfocaba en dejar huella, hacer algo diferente. No sólo en mi trabajo sino con mis clientes también”, explicaba Astrid, que constantemente buscaba maneras de cómo ayudar al paciente. Lastimosamente, como suele suceder, el sector de la salud comenzó a encaminarse más hacia las regulaciones que al mismo bienestar del paciente. Esto la desilusionó por completo, de manera que decidió escalar a la parte administrativa para alejarse de las burocracias en la medicina práctica. Incluso, en una búsqueda por dar más de sí como profesional, intentó la medicina alternativa por un tiempo, práctica que le enseñó distintas formas de pensar. 

Pero se dio cuenta que, en definitiva, la medicina ya no le permitía lograr ese cambio que buscaba generar en las personas. Así que empezó la búsqueda de algo que hoy en día se convertiría en su carrera. Después de todos sus estudios, 25 años en el área de la medicina y 12 años como administradora, descubrió que tenía un potencial que no sabía. Muchas personas se le acercaban pidiendo soluciones, algo que ella naturalmente hacía porque siempre buscaba la manera de ayudar. Así fue cómo, en una misión por reinventarse, se dio su trabajo como consultora de empresas, "entendí que mi gran potencial estaba en enfocarme en cómo revolucionar esa mentalidad del emprendedor para poder hacer las cosas diferentes y proveerles una solución", reflexionaba Astrid.

Para alcanzar su objetivo, la consultora se esforzó por dar de sí “el 150 por ciento”, como anota ella misma, y posicionarse como una mujer de acciones. “Cuando estamos cómodos no damos lo mejor de nosotros mismos, no vemos las oportunidades”, explica, “es mejor estar siempre en movimiento constante”. 

Desde este deseo por ayudar a los demás, Astrid se preguntaba el cómo podría aportar algo a la comunidad hispana que reside en Estados Unidos para que pudiesen aprender a manejar sus emprendimientos sin riesgo a ser defraudados por el sistema. Sobre todo porque, como ella misma señalaba, los hispanos representaban a la segunda minoría con mayor impacto en cuestión económica antes de la pandemia. Entonces surgió Despertar Empresarial, un programa enfocado a personas integrantes o interesadas en el mundo corporativo que cuenta con un repertorio de 25 conferencistas invitados para cada sesión, siendo el 8 de febrero el comienzo de esta programación gratuita.

En un inicio, Despertar Empresarial se había enfocado en hispanos que vivían en los Estados Unidos. Luego llegó la pandemia, un evento que sembró la oportunidad de conectar con personas incluso fuera del país. Participantes de Perú, España, Colombia y diversos países de habla hispana se unieron para visualizar las conferencias y adquirir aquellas herramientas que les ayude a transformar sus formas de manejar sus empresas. “La pandemia acortó distancias”, comentaba la consultora, “y cuando nos unimos somos más fuertes”

Durante esta trayectoria profesional, Astrid ha adquirido un aprendizaje tanto en el área empresarial como en su vida personal como una mujer con sueños, pero también como madre. Una de las lecciones más interesantes, como cuenta la profesional, ha sido que, al momento de poner a su esposo o a sus hijos antes que a ella misma, parecía moverse por arena movediza. “Definitivamente cuando tenía el espacio de nutrirme daba lo mejor de mí”, explicaba, “como mujeres no podemos dejarnos atrás”.

Este aprendizaje puede relacionarse íntimamente con el primer consejo de Chimamanda Ngozi Adichie en su libro “Querida Ijeawele: Cómo Educar en el Feminismo”; sé una persona plena.  

Así cita la autora en su libro a Marlene Sanders, la primera mujer en informar sobre Vietnam que dijo a una colega más joven; “Nunca te disculpes por trabajar. Te gusta lo que haces, y que te guste lo que haces es un regalo fantástico para tus hijos”.

Tal como Marlene Sanders, Astrid Cruz ama su labor y tiene gran pasión por inspirar el cambio en los demás. Para ella el mundo no tiene límites, desde que se tenga disponibilidad a probar lo desconocido, las oportunidades para reinventarse son infinitas.

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