Hoy se conmemora el Día Internacional de la mujer trabajadora. Es una fecha para exaltar el valor y la lucha que han tenido durante mucho tiempo las mujeres. 

Para esta fecha y dentro de este marco de rebeldía, lucha y constante trasformación, es menester traer a colación a María Cano. Una de las primeras feministas en Colombia que luchó para revindicar los derechos de la mujer que escribe, mujer que lidera tropas, mujer que lucha por sus derechos y que piensa en la igualdad no solo de géneros sino de condiciones sociales.  

María de los Ángeles Cano Márquez nació en 1887, fue una mujer extraordinaria y autodidacta en todo el sentido de la palabra. Estuvo siempre ligada a las artes y por iniciativa propia fue escribiendo poemas, ensayos y columnas en espacios donde ella era la única mujer. De allí se puede leer el siguiente poema que desborda su rebeldía al querer promover un cambio: 

Ahora tengo la palabra y descubro que la palabra es buena, oigo mi voz, resuena. Quien fui, quien soy, quien puedo ser. Del susurro al grito voy recordando la palabra, voy contando la historia sin la voz patriarca. Voy limpiándome la piel de los calificativos: bruja, puta, loca, pecadora. Aun no lo he dicho todo, pero lo haré porque ahora tengo la palabra.

El Correo Liberal, Medellín, enero 22 de 1924

En este tipo de contextos, María Cano se fue deconstruyendo así misma para construir sus más grandes ideales. Poco a poco a partir de sus grandes acciones se dio cuenta de la desigualdad de las personas -no solo las mujeres- como el terrible suceso de los trabajadores de la United Fruit Company en 1928, acontecimiento que Cano apoyo e impulso firmemente; pensando en la justicia, la equidad y la igualdad para todo el pueblo. 

Pasa el regimiento. Los rostros bañados de sol, ceñudos, sudorosos, empolvados. Los pies, disciplinados, automáticos, caen pesados, abrumados por la fatiga del cuerpo y el entorpecimiento de un tejido opresor del alma. Hay ojos sombríos que miran casi agresivos; ojos donde la mirada está ausente. Porque esa mirada vuela sobre las montañas, en ansia de la libertad.

El Correo Liberal, Medellín, enero 22 de 1924

María Cano no solamente recalcó la fuerza que tienen las mujeres y la importancia de su actuar en la sociedad, ella entendió el rasgo principal del feminismo: una igualdad de condiciones, de oportunidades para que todos y todas tengamos una vida digna, más allá de las diferencias que poseemos. Por eso, fue una mujer que revolucionó la historia de Colombia, ya que su empatía por el otro fue la principal característica de su lucha. 

En relación con esta labor activista que desde años ya se viene trabajando, como dice Chimamanda Ngozi, la finalidad del feminismo no se trata de la superioridad para las mujeres, sino de una igualdad para todas y todos.  Por eso podemos considerar a Cano una de las primeras precursoras del feminismo. Una voz que gritaba y luchaba por sí misma, por las mujeres de su época y por los más oprimidos. Ese es el cimiento de fuga que busca no solo el feminismo, sino el arte en sí mismo, de allí citar sus poemas y claramente el valor principal de su voz.

Las calles hoy 8 de marzo se llenan para buscar la libertad y la reivindicación por la vida de todos y todas, para no seguir reproduciendo los esquemas y roles que demarcan la desigualdad entre los seres humanos; ahora más que nunca es fundamental recordar a Cano y a todas las mujeres que resisten y siguen luchando por la libertad de nuestros cuerpos, mentes y vidas, ya que como bien dijo ella: “Si la vida tiene sus asperezas, suavicémoslas con belleza y bondad, más no hagamos de ella una torre de marfil, hermética e inabordable.” (Cyrano Nº 39, Medellín, marzo 2 de 1923)