“Niñas, no madres” y “Salven las dos vidas” son los lemas que se contrapusieron este martes en manifestaciones en Bolivia tras el caso de una niña de 11 años que resultó embarazada luego sufrir presuntamente reiterados abusos sexuales por parte del padre de su padrastro. El caso se presentó en el municipio de Yapacaní, en la región oriental de Santa Cruz, donde la menor, que tiene 21 semanas de gestación, vivía con sus hermanas y abuelastro, quien se encuentra tras las rejas.

Inicialmente la niña había expresado su deseo de no continuar con el embarazo y su madre también estaba de acuerdo, pero tras ser contactada por una organización religiosa, la mujer cambió de parecer y desistieron del procedimiento, lo que desató fuertes debates y críticas.

Agrupaciones feministas cuestionaron que se esté “presionando” a la menor para que continúe con el embarazo “en contravención a todas las leyes establecidas”, explicó la activista Carmen Sanabria.

“Aquí lo que se está haciendo es darle legitimidad a un acto de violación y premiar a ese violador. Están convirtiendo en padre a un violador y están convirtiendo a una niña en una máquina paridora”, señaló.

La activista recordó que existe una sentencia constitucional de 2014 que permite la interrupción legal de un embarazo en caso de violación sin necesidad de contar con una orden judicial, como se exigía antes.

Sanabria también anunció que acudirán a organismos internacionales para pedir “que tomen nota de este caso, sancionen y apliquen medidas y sanciones contra estos organismos que han incumplido la ley”.