“Quimérico acompañante
No eres más que un farsante
Otro de tantos, que juega
con sus falsos encantos
No eres más que un agresor
Impregnado de un tóxico amor”
Quimera, es la fantasía que habita en tu imaginación, un deseo, un sueño, algo que carece de realidad y en el amor no es más que una construcción ideal. Así, buscando compañía alimentas la quimera, pero abruptamente tu acompañante se convierte en un agresor sin alma, devora tus sentimientos y se traga tu calma.
Las quiméricas ideas del amor te hacen ver cualidades que no existen y abrigar ilusiones que pronto se desvanecen, él, te hace sentir ternura e incluso compasión, pero realmente eres presa de su manipulación. Fácilmente te ves atrapada con un quimérico acompañante que tiene más de fantasía que de realidad, que tiene más de monstruo, que de hombre.
Por no sentir soledad, aceptas a ese que critica tu imagen, te calla, te cela, te insulta, te controla, te manotea, te subestima, te ignora, te lleva por una montaña emocional y te lastima sin parar. A veces piensas “no es su culpa, él hace lo que puede”, te resistes a aceptar su violencia y continuas con tu vida de apariencia. A veces, también callas lo que sientes por mantener la ilusión de una relación estable y permaneces con él, sólo por darle gusto a los demás.
El quimérico acompañante es la fantasía que mantienes en la mente sobre una relación romántica, pero en realidad sólo existe una relación de toxicidad. Lloras en soledad y sabes que lo que él hace está mal, a él no le importa ni tu llanto, ni tu bienestar. Te sientes asfixiada por la presión social, le temes a la soledad, te asusta enfrentar a la sociedad, por ello, mantienes la quimera y la resguardas con la esperanza de que el llegue a cambiar.
Cuando por fin lo ves con claridad te das cuenta que es mejor la soledad que una mala compañía, y te alejarás de quien te domina y te hace daño. Te sentirás libre. En ese momento no te importará el qué dirán y pensarás más en ti que en los demás, aprenderás un poco o mucho de tu soledad y pronto sanarás. Alejarte a tiempo de una mala compañía puede hacer la diferencia entre la vida, la muerte en vida y la muerte misma.
El quimérico acompañante te roba tu ser y te roba el corazón, por ello, debes dejarlo abandonado en un rincón, el “amor” que te ofrece no es más que una ilusión. Pronto reconocerás que sólo quien te acepta como eres, te valora, te cuida y te respeta, es una buena compañía, entonces y sólo entonces, te despojaras del sentimiento quimérico de dominación y abrirás el camino para una relación sin violencia y con amor.
Por temor a la soledad o al qué dirán no te sometas a malas compañías. Muchas mujeres en el mundo y en Colombia han convivido o conviven con un quimérico acompañante, todo empezó con la ilusión del amor y se transformó en un círculo violento. Lo que empieza con un insulto o un empujón es violencia de género y puede terminar en un feminicidio.
Y si eres un hombre y estás leyendo esta columna y eres de las buenas compañías, no permitas que tu madre, que tu hermana, que tu hija, que tu amiga, sufran junto a un quimérico acompañante que las violenta cada día. También puedes cambiar su historia. !No más violencia contra las mujeres!
Aquí puedes ver el violentómetro que mide los tipos de violencias contra las mujeres que ejercen los acompañantes quiméricos: