Lo que en Derecho se Ve pero No se Aplica

June 9, 2019
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¿Qué se aprende en las facultades de derecho de nuestro país? Todos suponemos que se forman ciudadanos con valores que van a defender y aplicar los derechos humanos, pero realmente es así? A quienes consulté, egresados como abogados confirman que en al menos una clase hubo alguna manifestación de machismo, corrupción o abuso de poder.

El derecho es un orden normativo​ e institucional de la conducta humana en sociedad inspirado en postulados de justicia y certeza jurídica.​ Su carácter y contenido está basado en las relaciones sociales en un determinado lugar y tiempo.

Según la RAE es también el conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva.

“La ley y el orden existen por el propósito de establecer la justicia y cuando fracasan en este propósito se convierten en las presas que bloquean el flujo del progreso social”. 

Martin Luther King

El propósito ideal de la ley es crear un mundo más justo para mejoras o cambios sociales, por lo tanto se entendería que quiénes estudian la ley, quiénes la ejercen, pero más importante aún quiénes la enseñan aplican los valores y derechos humanos en el diario vivir.  

Muchas veces, quienes estudiamos derecho como carrera profesional, sentimos que todo lo “justo y cierto” que se enseña o se ilustra no se aplica en el mismo entorno académico. Me refiero a que en las mismas clases se pueden presentar problemas de machismo, corrupción y abuso de poder.

En ocasiones se encuentran fijadas prácticas, tratamientos, formas de relación que oprimen a las mujeres y a minorías. Por ejemplo, algunos profesores menosprecian a las mujeres como abogadas y enseñan que los grandes juristas de la historia han sido y serán hombres. Como me dijo una amiga abogada “el derecho o en las clases de derecho se ve un mundo muy diseñado para hombres blancos con privilegios, de corbata y poder.”

Recientemente, me comentaron de un caso de un estudiante de derecho que ejercía labores de monitor en algunas clases y a las alumnas más pequeñas las invitaba a fiestas con el fin de obtener más popularidad, hasta que fue denunciado por una alumna por abuso y lo destituyeron de los cargos pero aún no ha sido expulsado de la universidad.

Otro caso muy común, no solo en clases de derecho sino en cualquiera, es el abuso de poder y criterio que tienen los profesores para determinar una calificación de acuerdo a un examen oral o escrito, pero que es calificado de manera muy subjetiva y no acorde a los temas de la materia.

O el caso más común, la corrupción. El hecho de sobornar a un profesor o al asistente para poder pasar la materia, genera malas costumbres que el día de mañana es el abogado o contratista que ha robado al Estado y la ciudadanía.    

Lo anterior sucede, porque existe el imaginario en donde se asocia a los profesionales del derecho con ese hombre blanco, de corbata que va a defender la ley y es un grave error. La protección de los derechos humanos tiene muchas matices y así mismo la diversidad debe estar incluida en quiénes ejercen las labores jurídicas de nuestro país.

Además, debemos hablar que la idoneidad en materia de formación de las facultades de Derecho está siendo cuestionada por los altos niveles de corrupción y el alto volumen de denuncias en contra de los abogados en la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. Lo anterior, ya que existen estudios que corroboran que al menos 7 de cada 10 abogados se forman en programas sin acreditación. La falta de rigurosidad en el control de quiénes van a ejercer el derecho es también fundamental.

Actualmente, existen más de 120 universidades que prestan el programa de Derecho en nuestro país, y existe la Asociación Colombiana de Facultades de Derecho (Acofade) en donde se discute y expresa todo lo relacionado con las mismas. Así que es momento de sacar provecho de los puntos positivos y destacar las buenas prácticas que se hacen en materia de innovación y avances académicos para dejar de tener en las clases de derecho problemas de machismo, corrupción o abuso de poder.

Es momento de destacar las mujeres juristas y académicas de nuestro país.   

Es labor de los educadores promover la aplicación de los derechos y deberes que tenemos como ciudadanos, más aún, en una sociedad tan compleja como la nuestra. Debemos incentivar una cultura universitaria donde se aplique el respeto por los derechos humanos.

Lo que en Derecho se Ve pero No se Aplica

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January 15, 2019

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¿Qué se aprende en las facultades de derecho de nuestro país? Todos suponemos que se forman ciudadanos con valores que van a defender y aplicar los derechos humanos, pero realmente es así? A quienes consulté, egresados como abogados confirman que en al menos una clase hubo alguna manifestación de machismo, corrupción o abuso de poder.

El derecho es un orden normativo​ e institucional de la conducta humana en sociedad inspirado en postulados de justicia y certeza jurídica.​ Su carácter y contenido está basado en las relaciones sociales en un determinado lugar y tiempo.

Según la RAE es también el conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva.

“La ley y el orden existen por el propósito de establecer la justicia y cuando fracasan en este propósito se convierten en las presas que bloquean el flujo del progreso social”. 

Martin Luther King

El propósito ideal de la ley es crear un mundo más justo para mejoras o cambios sociales, por lo tanto se entendería que quiénes estudian la ley, quiénes la ejercen, pero más importante aún quiénes la enseñan aplican los valores y derechos humanos en el diario vivir.  

Muchas veces, quienes estudiamos derecho como carrera profesional, sentimos que todo lo “justo y cierto” que se enseña o se ilustra no se aplica en el mismo entorno académico. Me refiero a que en las mismas clases se pueden presentar problemas de machismo, corrupción y abuso de poder.

En ocasiones se encuentran fijadas prácticas, tratamientos, formas de relación que oprimen a las mujeres y a minorías. Por ejemplo, algunos profesores menosprecian a las mujeres como abogadas y enseñan que los grandes juristas de la historia han sido y serán hombres. Como me dijo una amiga abogada “el derecho o en las clases de derecho se ve un mundo muy diseñado para hombres blancos con privilegios, de corbata y poder.”

Recientemente, me comentaron de un caso de un estudiante de derecho que ejercía labores de monitor en algunas clases y a las alumnas más pequeñas las invitaba a fiestas con el fin de obtener más popularidad, hasta que fue denunciado por una alumna por abuso y lo destituyeron de los cargos pero aún no ha sido expulsado de la universidad.

Otro caso muy común, no solo en clases de derecho sino en cualquiera, es el abuso de poder y criterio que tienen los profesores para determinar una calificación de acuerdo a un examen oral o escrito, pero que es calificado de manera muy subjetiva y no acorde a los temas de la materia.

O el caso más común, la corrupción. El hecho de sobornar a un profesor o al asistente para poder pasar la materia, genera malas costumbres que el día de mañana es el abogado o contratista que ha robado al Estado y la ciudadanía.    

Lo anterior sucede, porque existe el imaginario en donde se asocia a los profesionales del derecho con ese hombre blanco, de corbata que va a defender la ley y es un grave error. La protección de los derechos humanos tiene muchas matices y así mismo la diversidad debe estar incluida en quiénes ejercen las labores jurídicas de nuestro país.

Además, debemos hablar que la idoneidad en materia de formación de las facultades de Derecho está siendo cuestionada por los altos niveles de corrupción y el alto volumen de denuncias en contra de los abogados en la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. Lo anterior, ya que existen estudios que corroboran que al menos 7 de cada 10 abogados se forman en programas sin acreditación. La falta de rigurosidad en el control de quiénes van a ejercer el derecho es también fundamental.

Actualmente, existen más de 120 universidades que prestan el programa de Derecho en nuestro país, y existe la Asociación Colombiana de Facultades de Derecho (Acofade) en donde se discute y expresa todo lo relacionado con las mismas. Así que es momento de sacar provecho de los puntos positivos y destacar las buenas prácticas que se hacen en materia de innovación y avances académicos para dejar de tener en las clases de derecho problemas de machismo, corrupción o abuso de poder.

Es momento de destacar las mujeres juristas y académicas de nuestro país.   

Es labor de los educadores promover la aplicación de los derechos y deberes que tenemos como ciudadanos, más aún, en una sociedad tan compleja como la nuestra. Debemos incentivar una cultura universitaria donde se aplique el respeto por los derechos humanos.

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