En el centro de la discusión de la importancia de la conectividad, se plantea la necesidad de generar una mayor integración con los territorios, mayor inclusión social, fortalecer la democracia y combatir la corrupción a través de un acuerdo político nacional encaminado a definir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que se demanden. 

En las políticas de Estado Abierto se debe garantizar a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos de manera transparente, que los ciudadanos conozcan las decisiones que se toman en el estado, que conozcan los recursos que se emplean en estas decisiones y lograr a través de esta eficiencia recuperar la confianza ciudadana en las instituciones públicas

El Gobierno colombiano ha impulsado el trabajo en materia de Gobierno Abierto gracias a su adhesión a la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) en el año 2011. De esta forma, los dos planes de acción ejecutados anteriormente se han convertido en el lineamiento formal y marco de acción sobre el tema. No obstante, y en un escenario de posconflicto, en enero de 2017 se promovió la firma de la Declaración de Compromisos por un Estado Abierto en la Comisión Nacional de Moralización, instancia integrada por las tres ramas del poder público y liderada por el Presidente de la República. 

El 11 de diciembre de 2020 Colombia lanzó el VI Plan de Acción Nacional de Estado Abierto 2020-2022 denominado “Colombia: Un Estado Abierto para la consolidación de la equidad y el fortalecimiento de la confianza ciudadana", convirtiéndose en el único país de la Américas que lanzó el Plan de Estado Abierto en medio de la coyuntura generada por la emergencia del Covid 19; haciendo énfasis en que el estado Abierto se refiere a la articulación de todas las políticas de transparencia de participación ciudadana, de rendición de cuentas, de innovación y de la aplicación de la tecnología para poder dar una respuesta contundente a las necesidades de los ciudadanos.

Así las cosas, se busca llevar la calidad de vida de las ciudades al medio rural, todo gracias a las nuevas tecnologías e Internet. La tecnología es un medio, por lo que no solo se debe dotar de infraestructura de comunicación, también se debe capacitar a los usuarios para aprovecharla al máximo. La implementación de la tecnología y la innovación en este entorno genera un abanico de oportunidades y posibles "soluciones inteligentes" que permiten la integración de las nuevas tecnologías en iniciativas dirigidas a la creación de empleo rural y la construcción de poblaciones urbanas. 

Por ejemplo, el uso de big data en estas áreas rurales se puede combinar con información sobre pronósticos meteorológicos desfavorables a través de algoritmos predictivos. El big data permitirá a las empresas del sector agroalimentario o al agricultor en zonas rurales transformarse digitalmente, utilizando la tecnología para monitorear el riego de cultivos porque permite la recolección de datos y la gestión de la información; beneficios que se hacen necesarios reforzar para avanzar en la inclusión del agricultor al mercado directo del interior.