El problema de Colombia
Es Usted…
Que no le gusta leer
Que no quiere estudiar
Que no le gusta madrugar
Que no quiere trabajar
Que vive esperando el viernes
Que solo piensa en fiesta
Que solo habla de fútbol.
(Jaime Garzón)
El 13 de agosto del año 1999, el país recibió la noticia del asesinato del gran Jaime Garzón, un hecho lamentable, que causó un daño irreparable a la construcción de paz y dejó una herida profunda en la sociedad colombiana. Su asesinato, representa la crisis humanitaria y la impunidad que persisten hasta el día de hoy. Todavía nos duele el recuerdo de su violenta muerte.
Nadie como Jaime Garzón, se anticipó a los hechos que marcaron la situación socio política colombiana: La ausencia de gobernabilidad y credibilidad en las instituciones, el fortalecimiento de las Autodefensas Unidas de Colombia, los peligros de los extremos en la política, las masacres, los asesinatos sistemáticos, la violencia contra las mujeres y los ataques indiscriminados a la diversidad cultural, que hoy se traducen en el asesinato de líderes y lideresas sociales.
Aunque con su muerte una parte de Colombia murió, con su vida, Jaime Garzón nos dejó un legado: Un amor profundo por la paz desde el sentido más crítico social que nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en la sociedad, no podemos ser los simples espectadores y espectadoras de toda clase de vulneraciones a los Derechos Humanos, no podemos seguir permitiendo estos altos niveles de insensibilidad e indiferencia, no podemos ser cómplices de la impunidad.
Esta columna, no es sólo un llamado a la memoria histórica sobre lo que simboliza la vida y muerte de Jaime Garzón, sino también un homenaje a su lado femenino más irreverente: Dioselina Tibaná, un reconocimiento a la subjetividad política femenina, representada en el sentido crítico social de una mujer no tan común oriunda de Purificación - Tolima.
DIOSELINA TIBANÁ: DECONSTRUYENDO ESTEREOTIPOS
Con este personaje femenino Jaime Garzón, deconstruye los estereotipos que reducen a las mujeres al ámbito de lo doméstico, resignifica el espacio de la cocina y lo transporta al ámbito de lo público, espacio donde revela y cuestiona el orden instituido. También, y tal vez sin tener este propósito reconoce el valor del trabajo en casa para la economía del cuidado a través de la metáfora que representa la cocinera del palacio de Nariño, quien en últimas fungió como consejera presidencial y como la más grande opositora del gobierno del momento.
Dioselina Tibaná, simboliza la voz política de las mujeres multiculturales, críticas y porque no feministas, que reivindican la participación femenina en la escena pública. Ella, cuestionó las esferas de poder, la corrupción política administrativa, la ingobernabilidad, la inequidad en la distribución de los recursos y la crisis social resultado de los malos gobiernos.
Con este personaje, Garzón, transforma el arquetipo de mujer de casa dedicada exclusivamente a los oficios domésticos, en una mujer con rostro y voz que, desde el ejercicio de la economía del cuidado, se empodera políticamente y se libera de la opresión de los estereotipos de roles y de género que excluyen a las mujeres de la escena pública.
LAS RECETAS DEL PODER DE DIOSELINA TIBANÁ: SUBJETIVIDAD POLÍTICA FEMENINA.
La cocinera y consejera presidencial del palacio de Nariño, una mujer humilde y rural fue la encargada de cocinar los más diversos platos condimentados con la realidad del país: Corrupción, violencia, desigualdad, injusticias sociales, guerra, inmoralidad pública y crisis humanitaria. Sus famosas “recetas de poder” fueron una denuncia social del conocido proceso 8.000 por el cual el presidente de entonces, Ernesto Samper, fue acusado por financiar su campaña con dineros del narcotráfico.
La cocina, se convierte en un escenario de poder, en donde se configuran prácticas divergentes de los acontecimientos del momento, que además eran un preludio de la realidad de violación de Derechos Humanos e injusticia social que las colombianas y colombianos continuamos experimentando hasta hoy. En una de sus recetas ella señaló:
«Me fui para la plaza y casi no consigo ingredientes, porque imagínese que, la carretera al llano cerrada, la carretera al Casanare la volaron, la vía a Ibagué los campesinos se la tomaron». Lo curioso, es que está situación persiste 20 años después, como muchas de las situaciones expuestas críticamente por los personajes de Garzón, sin ir más allá, en el 2019 el cierre de la vía al llano ocasionó un drama humano con graves consecuencias económicas, políticas y sociales para la población en general. Garzón, fue un visionario y por ello se convirtió en blanco de los violentos.
Si Jaime Garzón, continuará con vida seguramente la cocina de Dioselina Tibaná no tendría descanso con la gran cantidad de recetas políticas en torno a problemáticas como los ataques al proceso de paz y a la jurisdicción especial para la paz, la polarización Nacional, el fiscal del cianuro, el escándalo de Odebrecht, Hidroituango, el asesinato de líderes y lideresas sociales, “las jugaditas” de algunos congresistas como Macías el expresidente del Senado y la débil política social que nos están llevando al desastre como proyecto sociopolítico en el “posconflicto”, para Dioselina sería todo un banquete de corrupción.
Este panorama hace urgente el fortalecimiento de la subjetividad política de mujeres como Dioselina Tibaná, figuras con fuerza política en la escena pública, mujeres rurales, urbanas, lideresas, defensoras de Derechos Humanos, convencidas de defender la vida y la dignidad por encima de la corrupción y violencia de algunos actores políticos y sociales.
Gracias Jaime Garzón, por personajes como Dioselina, y como otros que nos invitaron a reflexionar sobre nuestro papel en la sociedad. Su vida fue la epifanía de una Colombia convulsionada por la ambición del poder y el naciente paramilitarismo y su muerte violenta el espejo de una sociedad que muere lentamente. El mayor homenaje a su recuerdo es: ROMPER LA INDIFERENCIA, su muerte no puede ser la muerte de más Heribertos de la Calle, Dioselinas, Godofredos, o Néstor Elis, personajes que representan a los colombianos y colombianas que tenemos un compromiso con la construcción de PAZ.