Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral. Nacida el 7 de abril de 1889 en la localidad de Vicuña, región de Coquimbo en Chile y quien fallece en enero de 1957 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Destacada poeta, profesora, política y diplomática chilena. Una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Primera mujer iberoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura en el año 1945 y la segunda persona en latinoamérica. Mujer rupturista en su época y visionaria, ya que muchos de sus aportes y trabajos todavía nos resuenan en nuestra sociedad, especialmente, lo dicho respecto al rol de la educación pública, hechos que más tarde la llevaron a participar en la reforma educacional mexicana y con el tiempo a convertirse en la primera cónsul mujer de Chile.
Gabriela Mistral, mujer que vivió en una época conservadora y la cual, para ese entonces, poseía todas las características para ser discriminada: primero por ser mujer, provenía de una familia pobre, de rasgos indígenas, en contra de la élite terrateniente de Chile y de Latinoamérica. Defensora de la educación para las mujeres, en específico, para las mujeres pobres y de zonas rurales, ya que ella veía en la educación una herramienta clave para que salieran de su condición de vulnerabilidad.
¿Feminista? para mi sí, Quizás algunas no la consideran como tal, ya que criticaba en su tiempo a la Feministas liberales por ser mujeres educadas de élite. No creía en esa igualdad entre hombres y mujeres, y defendía el rol natural de la mujer a ser madre (quizás se posicionaba más desde un Feminismo de la diferencia), pero de alguna u otra forma ella demostraba que el ser mujer no era impedimento en ese tiempo para realizar y aportar como ella lo hizo; ser activa en política, representar a nuestro país ante organismos internacionales, defender la educación para las mujeres y aportar en escritos feministas con Elena Caffarena y Victoria Ocampo, desde su visión.
¿Lesbiana? una de las grandes interrogantes. Muy recelosa de su vida íntima y tras lo cual se realizaron varias vinculaciones al respecto, donde se menciona fuertemente su relación con Doris Dana, con quien se escribía constantemente y en donde le declaraba su profundo amor. Situación que hasta el día de hoy no está clara y que la vez también muestra ese rechazo a lo distinto, a lo íntimo de una persona y que en ciertos sectores de la sociedad chilena existe esa incomodidad. Porque hay que ser sinceras(os), genera mucha diferencia pensar en un Pablo Neruda que en una Gabriela Mistral, ya que todavía está en el imaginario colectivo esa imagen tosca, ruda de una mujer que no estaba acorde a su época. Quién había sido madre soltera también, ya que adoptó a uno de los hijos de sus hermanos y quien decidió quitarse la vida producto del bullying que recibía en su escuela.
Ahora, ¿por qué esa necesidad de traerla a la palestra? Porque ella quién fue tan “distinta” en su tiempo todo su aporte realizado nos sería de ayuda a toda esta transformación que estamos tratando de lograr todos los días. Ella quien estaba preocupada e insistía en el tipo de educación que recibían y debían recibir los infantes nos es más necesaria que nunca. Ella que era la primera en denunciar el abuso que ejercian los latifundistas a los campesinos, no es muy alejada a la realidad que presenciamos en esta relación empleado-empleador. Ella que fue discriminada por ser “lesbiana” cuando tal hecho nunca tuvo una aclaración, ella que en su forma “ruda” de actuar generaba rechazo y hoy todavía a ciertas mujeres les sigue sucediendo lo mismo al ser criticadas por su falta de feminidad.
Quizás Gabriela Mistral, es ese ejemplo del cual debemos aprender que tu supuesta condición sexual, tu forma de relacionarte, tu historia familiar no deben ser causales para opacar todo el aporte que puedas realizar y que en un futuro puede ser un gran legado para transformar una sociedad. Por eso no hay que olvidar estas frases de ella:
“La humanidad todavía es algo que hay que humanizar”
“Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela: ¿dónde podrán exigirse estas cosas?”
Porque no basta que monumentos ó calles tengan el nombre de una personaje importante de la historia de un país y del mundo, cuando no somos capaces de reivindicar su imagen por el aporte que hayan realizado sin tener que mirar su historia íntima.