Tú eres un espejismo en mi breve camino
una de tantas ilusiones sosegadas de agua
Aprendí que no todo lo que brilla puede ser oro,
incluso lo que consideras tesoro puede ser lodo
Espejismos, refracciones que generan cierta sensación de tranquilidad, muchas veces producto del deseo; deseamos tanta agua en medio del desierto que la podemos ver a lo lejos; sentimos frustración al darnos cuenta que tan sólo fue producto de un delirio. Así, nos pasa en nuestra cotidianeidad, parece que vivimos de alucinaciones y fiascos, a veces, creemos que lo hemos conseguido todo, pero experimentamos lo fácil que puede desaparecer.
Realidades infinitas que se esconden tras espejismos de cosas que no existen, fácilmente nos seducen con la materialidad de un objeto, o con la simple ilusión de una vida “perfecta”, nos venden la idea del “éxito” como motor de “felicidad”, nos complacen con la concepción de una libertad inventada, nos deslumbran con el amor romántico y nos obligan a seguir moldes y estereotipos, que no son más que ilusiones ópticas de una humanidad desdibujada.
El statu quo, nos vende constantemente oasis, parajes paradisíacos en medio de desiertos con los que las personas sueñan, sin embargo, no son más que espejismos creados para mantener cierto orden social o político basado en relaciones de poder. Parecen anzuelos para incautos e incautas que creen en el mar de alucinaciones de un orden preestablecido: Los y las de abajo luchan por llegar al superior oasis y los y las de arriba luchan por conservar la opresión.
El más cruel de los espejismos del statu quo, es el discurso de los derechos humanos, detrás de esta ilusión se esconden intereses milenarios, mientras los dictadores modernos los abanderan, por debajo de cuerda los vulneran: hablan del Derecho a la Vida, pero lo enlodan de manera genocida; utilizan las libertades como bandera política, pero luego las restringen de forma violenta; y lo peor, salen en defensa de la paz, pero financian la guerra sin piedad.
Otro espejismo salvaje es el de la Democracia, un concepto que se sustenta en la idea de igualdad pero que pronto se desvanece ante la realidad inequitativa; significa el poder del pueblo, pero pareciera la subyugación de este; es atractivamente popular, pero no es más que una plataforma política para los mismos y las mismas de siempre. La cantidad de alusiones democráticas pronto se diluyen ante realidades dramáticas de desigualdad, miseria y opresión.
En la caja de TV, vemos diariamente espejismos impuestos por los medios de comunicación, invenciones maquiavélicas sobre la realidad que les conviene vender, pero no son más que estrategias de manipulación, ilusiones ópticas, que hacen parte del juego de la seducción y el engaño. Nos quieren vender el bien y el mal, hacernos creer que algunas cosas están bien y otras no, todo depende del nivel de conveniencia política.
Los espejismos socio políticos, también se reflejan en otras realidades, en medio de la agitada ciudad, todavía creemos que existen “oasis”, pero estos pronto desaparecen ante la realidad personal. Muchas personas viven del espejismo de la apariencia, otras más de ideas preconcebidas del amor, el trabajo, el dinero y el arquetipo social. Los espejismos, son como grilletes invisibles de una realidad a la que queremos acceder.
Algunas “vidas perfectas”, son tan sólo espejismos de la banalidad; otras llamadas “exitosas”, son quimeras de las cadenas del trabajo; y, aquellas que viven en la isla privilegiada realmente sufren la entelequia de su nivel de endeudamiento, sus “privilegios” les pertenecen al sistema financiero. Es tan fácil creer en espejismos, cuando estamos sedientos y sedientas de la aceptación y la validación del otro o la otra, pero, hay que tener cuidado, porque así como el agua se puede convertir en un puñado de arena, igual nuestras aspiraciones se pueden desvanecer.
No nos dejemos engañar por los espejismos del statu quo, podemos vivir nuestro propio oasis.