Cada año en todo el mundo 121 millones de embarazos ocurren, y cerca de la mitad de todos ellos no son deseados. Esta es la conclusión del último informe del Fondo de la Naciones Unidas para la Población (UNFPA).

Existen múltiples razones por las que los embarazos no deseados ocurren: falta de atención médica sexual y reproductiva, falta de anticonceptivos o no adaptados a la situación de la mujer, el control sobre el cuerpo de las mujeres, la violencia sexual y restricción reproductiva. Además de las situaciones de vergüenza que pueden vivir las mujeres en los centros de salud, y situaciones de guerra.

La mayoría de los embarazos no deseados se dan en los países con menos recursos, y se estima que más del 60% de estos embarazos terminan en aborto. También se estima que el 45% de todos los abortos son inseguros, lo que representa entre el 5% y el 13% de todas las muertes maternas reconocidas.

En muchas situaciones las mujeres no tienen capacidad de decisión sobre sus propios cuerpos y se ven coartadas. Según estima la ONU 257 millones de mujeres en todo el mundo que no quieren ser madres no utilizan métodos anticonceptivos modernos y seguros. Por ello, para muchas mujeres quedarse embarazadas o no, no es una opción. Lo que las priva de su acceso a la educación en muchas ocasiones, por loque su formación y su progreso están limitados, y esto las obliga a depender de un varón. Los datos son un claro ejemplo de ello, hasta un 25% de las mujeres no pueden negarse a mantener relaciones sexuales.

Esta situación llega a ser más preocupante en el caso de las adolescentes, quienes a menudo, también, se ven forzadas a mantener relaciones sexuales y sin método anticonceptivo. Lo que puede condenarlas a una vida de pobreza al privarle de sus estudios.

Las crisis y los conflictos son otro añadido a la violencia ya existente hacia ellas. Carecen de acceso a los anticonceptivos y la violencia sexual aumenta. De acuerdo con este estudio, más del 20% de las mujeres y niñas refugiadas confrontan violencia sexual.

Existen múltiples factores externos a ellas que promueven un embarazo no deseado, por lo que poner fin a esta situación no puede ser una responsabilidad exclusiva de las mujeres al tratarse de una batalla social.

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