Después de un aborto inducido o espontáneo, pueden surgir un bombardeo de emociones y sentimientos encontrados, los cuales pueden ser muy variables dependiendo de la persona y las circunstancias. Puedes llegar a sentirte enojada, culpable, triste, arrepentida o aliviada y satisfecha. Pero no debes pensar que eres una mala persona por sentirte de tal o cual manera, todas las reacciones son naturales, inclusive puedes experimentar todas al mismo tiempo o ir pasando de una a otra. 

Cada quien es distinta y vive las experiencias de modo diferente, por ejemplo hay personas que se sienten muy enojadas después del divorcio de sus padres y otras personas, por el contrario, se sienten tranquilas y relajadas; esto no significa que no les haya importado el divorcio, sino que tal vez creen que vivir en un hogar sin violencia es más conveniente. De igual forma con un aborto, hay mujeres que se sienten tristes y arrepentidas de haberlo hecho, mientras que otras se sienten aliviadas de tomar esa decisión y no traer una persona al mundo sin tener los recursos emocionales ni económicos para mantenerla adecuadamente. 

Por lo cual ni tú ni yo, debemos juzgarlas a ninguna de las dos, pues es su vida y cada quien tiene el derecho de vivirla como lo decida. Ahora si esa mujer es tu madre, tu hermana, tu prima, tu novia, tu amiga, quizá sea mejor dejar atrás los prejuicios para poder darle tu apoyo emocional, ya que en este momento necesita de ti, alguien que sea empática con ella, la consuele, la escuche, la abrace, no a alguien que la regañe y la critique (aunado que reprocharle el aborto no cambiará la situación).

Ahora, si tú eres la persona que está pasando dificultades por esta experiencia, no te sientas sola, busca ayuda, además de tu grupo social o familiar, existen muchas asociaciones que te pueden brindar apoyo psicológico; éstas pueden ayudarte a expresar todas esas emociones, para que logres aceptarlas, canalizarlas y salir adelante; esto es muy importante porque estás pasando por un proceso emocional y lo más importante que es que puedas trabajarlo, para que no afecte aspectos de tu vida diaria, tus relaciones y la percepción que tienes de ti misma. 

No olvides que al tomar libremente tus propias decisiones estás ejerciendo tus Derechos Sexuales y Reproductivos, así que confía en ti, en esas razones que te llevaron a elegir esa decisión y pronto verás cómo con el apoyo adecuado saldrás adelante muy pronto.