Ojalá escribiera una historia diferente; pero esto no tiene un final feliz, desafortunadamente no ha sido el primer caso desde que los estudiantes regresaron a las aulas, ha llegado un aumento considerable de bullying en México. Hace poco ocurrió un hecho trágico que exigió no solo justicia, sino culpables, una joven golpeó a su compañera, después derivó en la muerte de Norma Lizbeth Ramos Pérez, posteriormente hubo un video, el cual fue compartido de forma masiva en redes sociales donde las imágenes no necesitan una descripción detallada porque matar no tiene un formato descriptivo, sino la observación de la saña con la que se hace, la situación que afrontó la madre de Norma no solo fue triste nos dice que algo como sociedad se está haciendo mal, además hay que reconocerle a la señora la paciencia que tuvo para atender a los medios de comunicación que reportaron la información sobre el hecho de no tener a su amada hija, lo más lamentable es conocer que se pudo haber evitado la tragedia si tan solo se hubiera detenido, pero quienes somos para juzgar cuando solo conocemos una parte de los hechos a través de los otros y no de la persona que vivió las acciones. Lo más triste es que Norma ya no estará, además de que aquella joven que asesino también afecto a su propia familia porque ahora vivirán con los señalamientos de las acciones cometidas, lo que nos hace pensar en ¿qué estaba ocurriendo dentro de su hogar como para llegar al grado de hacerle daño a otra joven como a Norma?,  porque no solo fue el acoso escolar, también hubo discriminación, que recalco pudo haber sido evitado si tan solo hubieran intervenido para separar a la joven de la otra niña y tal vez las compañeras hubieran dejado de grabar. 

Rescato que a nuestra sociedad se le olvida que no es señalar a las jóvenes estudiantes, el asunto es educar, recordemos que están cambiando, creciendo y sobretodo descubriendo sus emociones, porque apenas pueden reconocerlas; sin embargo aun no pueden controlarlas o moderarlas, es así como es importante intervenir tratando de enseñarles a través de la educación de emociones como manejarlas, evidentemente no pretendemos excusar a la joven que cometió el acto del asesinato, sino que entendamos que juzgando no se educa, sino proponiendo, guiando, construyendo, difundiendo, respetando desde casa, sobretodo desde el hogar porque la escuela no es un lugar para abandonar a los hijos e hijas es un área de educación sobre la formación de una vida profesional. Pregunto ¿hace falta una materia como educación de las emociones donde expertos como psicólogos trabajen con los estudiantes? Tal vez es más fácil decir que hacer, por ejemplo el presidente Andrés Manuel López Obrador ha solicitado el apoyo a los profesores de las instituciones para detener el bullying; pero la realidad es que la situación lo rebasó debido a que se necesita replantear el marco para la convivencia escolar, no solo debe ser prioritaria la situación emocional del estudiante, sino también la de los docentes que ya hace tiempo habíamos mencionado en Revista Level, aclaración no se trata de castigar sus acciones de los alumnos porque se debe cuidar la integridad del estudiante. Es importante decir que aprovechamos este espacio para extender nuestras condolencias a la familia de Norma Lizbeth Ramos Pérez. Hace un momento informaron que la directora de la secundaria había sido destituida de su cargo. 

Y no puede dejarse de lado que sí, existe la discriminación en México, aunque lo negaron algunos, así como hubo quien dijo yo nunca lo hice, pues si no existe entonces ¿cómo explicar el por qué una joven fue asesinada precisamente por eso?  Por favor si tienes dudas, comentarios, testimonios no olvides usar el correo laubautistah@outlook.com