“DEMENCIAL, el ataque a las mujeres
en los pueblos, en los campos
DEMENCIAL, la violencia ejercida
Sobre ellas, sus cuerpos y sus almas…
DEMENCIAL, presenciar el asesinato
De sus padres, compañeros y hermanos
DEMENCIAL, huir en medio de la noche
Hacia tierras desconocidas y extrañas
DEMENCIAL, la indiferencia, el silencio
DEMENCIAL ESTA GUERRA QUE NO PARA”
I.DEMENCIAL: EL ATAQUE A LAS MUJERES EN LOS PUEBLOS, EN LOS CAMPOS…
Ciertamente es demencial el ataque indiscriminado a las mujeres indígenas, campesinas, afro, que viven con miedo, al lado de hombres armados que amenazan todo el tiempo con acabar con sus vidas, violar sus cuerpos, reclutar a sus hijos e hijas, asesinar a sus compañeros; Demencial es quien empuña un arma contra personas inocentes que nada tienen que ver con una guerra absurda dirigida por el delirio del poder, la ambición, el narcotráfico y la cobardía de ejercer control sobre el territorio.
Demencial, es someter a las mujeres a todo tipo de degradaciones que incluyen la cosificación de sus propias vidas, la violencia sexual, la esclavitud doméstica y las torturas y amenazas. ¿Cuánta demencia hay en el alma de hombres armados en un sistema de poder delirante, enloquecido de maldad, y exterminador de todo lo que represente PAZ?
Ejemplo de ello, fue lo que sucedió en el Salado, un ataque demencial ocurrido entre el 16 y el 22 de febrero del año 2.000 cometido por el Bloque Norte y el Bloque Héroes de los Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), hombres armados con motosierras, palos, morteros, irrumpieron en el pueblo y obligaron a las mujeres a presenciar el asesinato de sus seres queridos, ellas, presenciaron torturas y degollamientos y fueron víctimas de violaciones, todo con la aquiescencia del Estado. ¿Cuánta demencia en esta y otras masacres?
Lo peor es que hoy casi veinte años después, la historia se repite, el sueño de paz se diluye ante la frenética ola de violencia que comenzó en el año 2018, según la ONU, las masacres aumentaron en un 164% respecto del año 2017, época en la cual se empezaba a implementar el acuerdo de paz. Miles son las víctimas de los violentos, sin embargo, las mujeres, además, de todo tipo de violencias sufren la transgresión de su esfera física relacionada con la violencia sexual. Hay que poner freno a estos ataques demenciales ¿Dónde está el Estado?
II. DEMENCIAL: HUIR EN MEDIO DE LA NOCHE HACIA TIERRAS DESCONOCIDAS Y EXTRAÑAS CON SUS HIJOS E HIJAS…
El desplazamiento forzado es un drama que no acaba, afecta de manera particular a las mujeres, quienes huyen con sus hijos e hijas hacia una tierra extraña, solo las guía el miedo de morir, o ver morir a sus seres queridos, ser violadas o ver a sus hijos e hijas reclutados por dementes que no paran.
Hoy, Colombia, vuelve a ser el país con el mayor número de desplazamientos en el mundo, superando incluso a Siria e Iraq, según informe del Consejo Noruego para Refugiados, nuestro país vuelve a ostentar este trágico título. Desde el año 2018, se han registrado numerosos desplazamientos de sistemas familiares que huyen de la guerra hacia un escenario también hostil, por lo general llegan a cinturones de pobreza y condiciones de vida infrahumanas.
Demencial, es condenar a las poblaciones indígenas, campesinas y afro a huir de sus tierras, dejar atrás su vida y sus recuerdos. Por lo general, los hogares se fragmentan y son las mujeres quienes deben asumir otros roles encargarse de sus hijos e hijas y luchar por sobrevivir en una sociedad ensimismada y a veces cruel, en donde reina el delirio de la indiferencia.
III. DEMENCIAL: EL SILENCIO, LA INDIFERENCIA…
Asistimos a un era demencial, en la que la paz es cuestionada, los líderes, lideresas, defensoras, y defensores de Derechos Humanos, son señalados y señaladas por sus justas causas; la demencia no sólo es el ropaje de los violentos sino de aquellos y aquellas que voltean la mirada. Sin duda, no hay mayor demencia que la INDIFERENCIA.
El sufrimiento de las mujeres desplazadas, sus hijas, hijos y compañeros es una cuestión que le debe doler a toda la sociedad, es una herida profunda al tejido social que nos debe sacudir. Es demente aquel o aquella que cree que las personas desplazadas se reducen tan solo a una “carga para el Estado” algunos y algunas incluso las y los asocian a “mendicidad” otros y otras simplemente creen que se buscaron su destino.
Es urgente detener la demencia social de no ponerse en lugar del otro o la otra, comprender que la guerra nos atraviesa, no es tan sólo el triste destino de las etnias o de las mujeres víctimas sino un problema que afecta a la sociedad en su conjunto. Los delirios de los victimarios incluyen causar indiferencia social, justificar sus crímenes para mantener la impunidad, nuestra obligación es detener esta locura llamada guerra.
IV. DEMENCIAL: ¡ESTA GUERRA QUE NO PARA¡
Sólo las personas dementes apoyan guerras, atacan la paz, juzgan a las defensoras y los defensores de justas causas. Es demencial justificar la violencia, continuar con la matanza, desconocer los estragos sociales de esta maldita guerra que no para. ¿Cuántos actos de demencia se requieren para despertar a la sociedad? No son acaso suficientes los cientos de masacres, los millones de desplazamientos, las miles de mujeres violadas en el contexto del conflicto armado, los sueños robados a una niñez reclutada para empuñar armas, las personas desaparecidas, las víctimas de minas antipersonal, las ejecuciones extrajudiciales, las personas torturadas, los líderes y lideresas asesinados y asesinadas. ¡Es hora de parar esta locura y terminar con la era de la demencia¡