Luisa Fernanda Valderrama, fundadora y presidente de la Organización Americana de Mujeres Líderes en Mantenimiento Automotriz y pionera como mujer en la industria, expone su posición frente a lo necesario para lograr una verdadera equidad de género.

Luisa Fernanda Valderrama lleva desde los 14 años en el mantenimiento automotriz, desde niña encontró una pasión por saber el cómo y por qué funcionan las máquinas que nos transportan prácticamente a diario. Se empeñó en obtener las respuestas estudiando estas máquinas, y ha amado cada segundo de ello. 

“Mi mamá sintió pena cuando comencé a estudiar mecánica”, relata Luisa, “pero cada noche cuando caminaba a mi casa oliendo a gasolina, era feliz”. Para el tiempo en que se habría graduado del bachillerato, Luisa ya contaba con un técnico en reparación automotriz, conocimiento que le ayudó para escalar al área de transportes en su ingreso al Ejército Nacional de Colombia. Poco tardó en convertirse en la primera mujer jefe de mantenimiento del parque automotor del Comando General de las Fuerzas Militares, a tan sólo 20 años de edad.

Sin embargo, reconoce que al ser mujer pionera en la industria automotriz, se ha visto enfrentada a discriminaciones por su condición de mujer. Tuvo que aceptar trabajos con salarios increíblemente bajos en comparación a sus colegas hombres, para demostrar sus capacidades y, así mismo, exigir un salario equitativo tras mostrarse como una mecánica competente. 

La ingeniera cree firmemente que demostrar nuestras capacidades como mujeres en el ámbito laboral es uno de los primeros pasos para afirmar nuestra equidad y, en un futuro, lograr una igualdad de oportunidades para que más mujeres tengan acceso a ellas y no se deban enfrentar a más discriminaciones para lograr sus sueños. El cambio se comienza por acciones. “Para una mujer ingresar en este tipo de industria es con pasión”, asegura Luisa, “quienes lo hacemos nos esforzamos por obtener resultados extraordinarios”

Así mismo, señala que uno de los mayores desafíos de ser una mujer en una industria dominada por hombres es la tendencia de los empleadores no solamente a dudar de sus capacidades, sino a explotar sus habilidades para que un hombre aprenda de ella y luego la reemplace, debido al prejuicio de que este trabajo sólo puede ser realizado por un hombre. Ante este tipo de situaciones, Luisa ahora puede aconsejar a sus colegas femeninas en mantenerse firmes y exigir una estabilidad laboral con cada empresa que solicite sus servicios, pues esto desplaza aquella cultura sesgada por lo patriarcal y fomenta una equidad e igualdad de oportunidades.

“El cambio no sólo está en los decretos, está en el cambio social”,  afirma Luisa, “desde la primera infancia y motivar a las niñas a incursionar en carreras técnicas o de ingeniería”. La educación es el primer paso para lograr una equidad de género, pues es desde la reforma cultural que las costumbres arcaicas pueden quedar en el pasado. Educar a niñas y niños a perseguir sus sueños sin importar los roles de género asignados a ellos resultará en profesionales, expertos, técnicos de diversas identidades en todas las disciplinas del mundo laboral. 

Pues, como resalta Luisa, si las empresas esperan cumplir con sus cuotas de diversidad de género, es solamente lógico que se impulse a las niñas y niños a incursionar en profesiones que permitan la diversidad. Un decreto que exija la diversificación no podrá cumplirse si no se cuentan con suficientes mujeres expertas en áreas tradicionalmente masculinas como lo es, por ejemplo, el mantenimiento automotriz. “La equidad de género se logra con la capacitación, educación y la orientación”, afirma la ingeniera. 

Así es como Luisa ha llegado a una serie de premisas que imparte a las mujeres que forman parte de la Organización Americana de Mujeres Líderes en Mantenimiento Automotriz, de la cual es presidente y fundadora. 

Primeramente, es esencial el autoconocimiento, saber quién y qué es lo que queremos. Para que, de esta manera, se abra nuestra visión para cumplir con las metas propuestas. Además, no podemos dejarnos arrinconar por una sociedad que impone estereotipos, ya sea en relación al género o por costumbres culturales corruptas. Pues debemos romper todo aquello que nos frena. Y, una de las mayores enseñanzas que Luisa aplica en su vida es, sembrar en nuestro entorno a medida que avancemos, apoyar a otras mujeres y motivarlas a desafiarse a sí mismas. Pues ella considera que “la dignidad de una mujer está en hacer lo que quiere y no lo que le toca”.

Luisa Fernanda Valderrama cree firmemente que donde exista un automotor allí debe estar una mujer

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