Catherine Rusell directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para Infancia (UNICEF) expuso que Siria en los últimos años se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ser niño y toda una generación lucha para sobrevivir. En el país no se cuenta con alimentos, y un tercio de los menores en Siria padecen de desnutrición. En los últimos once años se han destruido alrededor de 600 instalaciones médicas incluyendo hospitales materno infantil. Y alrededor de 13.000 niños han muerto. Las condiciones en este país no son las mejores para el desarrollo pleno de la niñez.