Absurdo que Seguimos “Avanzando” a Cambio de Favores Sexuales

January 18, 2023
Columna
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Foto de Kelly de Pexels

Sucia es la sociedad donde se sigue evidenciando que en cualquier entidad privada o pública y, en el caso del Congreso de la República, haya denuncias de supuestas cadenas de favores sexuales a cambio de obtener beneficios laborales.

Asimismo, recientemente se conoció el caso de un director de una emisora pública, donde quien denunciaba, también trabajaba en la emisora y no era la víctima. Luego de la denuncia, la entidad no tomó grandes acciones, excepto decir que iban a investigar.

Según una encuesta publicada por Función Pública (s.f) y hecha por el Ministerio del Trabajo, las conductas de acoso sexual en el trabajo más comunes en Colombia son: solicitudes o presión para tener sexo (82%), intento y ocurrencia de acto sexual (79%), correos electrónicos y mensajes de texto vía celular (72%).

La mayoría de las víctimas son mujeres, el 41% de estas prefieren manejar la situación por ellas mismas, al temer que por denunciar pueden perder su trabajo. En la misma encuesta, las personas que se reconocieron como víctimas reportaron no haber acudido a las autoridades para atender esta problemática. De esas personas, el 10% mencionaron haber denunciado ante el empleador o jefe o ante el gerente o superior jerárquico. La mayoría pide ayuda y consejo de los amigos y familiares […].

Los porcentajes de los delitos previamente descritos superan el 70%. Un porcentaje que es alarmante para no tocar el tema con lupa. Las mujeres seguimos siendo usadas como objetos sexuales por parte de quienes se satisfacen y al tiempo se jactan de poder.

Desafortunadamente no hay noticia que valga o apoyo por parte del Estado para que las víctimas se sientan tranquilas de hablar, pues estamos envueltas en un círculo sin salida, porque quienes denuncien, se verán perjudicadas.

A hoy, el tiempo nos ha demostrado que no vale mucho el empoderamiento femenino o el feminismo para impulsar la sororidad entre nosotras y hacernos ver que está mal. Está mal que te pidan un favor sexual a cambio de “hacernos más visibles”. Está mal que se siga viendo que “las bonitas” sean quienes tienen las de ganar. Está mal demostrar que solo ascienden las que hacen caso y se sometan al poder y está mal que hayan denuncias, rumores y nunca pase nada.

Han pasado años para poder hacer valer los derechos de las mujeres y seguimos siendo subordinadas ante la autoridad.

Foucault sostenía que, de las relaciones de poder, se podría derivar la acción del abuso y en estos casos podría ser incluso sexual, pues éste siempre será ejercido por quien tiene el poder y cuyo dominio es sobre el otro sujeto que se encuentra en una posición inferior.

La relación de poder busca que el sujeto dominado realice conductas deseadas, en este caso, incita, induce, desvía, facilita, amplía o limita ciertos comportamientos.

Estas relaciones son de carácter microsocial y pueden estar en cualquier instancia cotidiana, generando una relación unidireccional de poder. Ya sea en vínculos familiares, académicos o de diversos grupos sociales.

Históricamente, el poder tiene relaciones en función de explotación, tiene su consistencia y autonomía propia. Además, su existencia y ejercicio es aparato del Estado.

Las denuncias o rumores del pasado y actuales no son solo para acusar a alguien y ponerlo en el escrutinio, sirven para reflexionar y replantear las dinámicas y estructuras de poder al interior de las entidades y organizaciones.

No avanzaremos si no nos detenemos en analizar los problemas que trascienden a lo que estamos acostumbrados o consideramos que suele ocurrir en todas partes. Si normalizamos el abuso sexual a cambio de favores, seremos entes mecanizadas y estaremos sumisas al sistema que funciona así desde hace muchos años.

Seguramente en muchos casos, se pensará o se supone que hay consentimiento de la víctima, pero en otros casos no, y ésta tiene las herramientas suficientes para sentirse capaz de denunciar. Si eres víctima o conoces a alguien de abuso o violencia sexual, puedes solicitar ayuda en las siguientes entidades: Fiscalía, Casas de Justicia, Policía Nacional, Defensoría y Comisaría de Familia.

La sociedad avanzará cuando los derechos sean reconocidos por igual y es absurdo que en entornos laborales sigamos “avanzando” a cambio de favores sexuales con los supervisores. Hago la aclaración que estos casos se pueden presentar tanto en hombres como mujeres, pero que el problema existe e invita a reflexionar sobre las relaciones de poder que tenemos en el ámbito laboral. 

Absurdo que Seguimos “Avanzando” a Cambio de Favores Sexuales

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January 17, 2023

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Sucia es la sociedad donde se sigue evidenciando que en cualquier entidad privada o pública y, en el caso del Congreso de la República, haya denuncias de supuestas cadenas de favores sexuales a cambio de obtener beneficios laborales.

Asimismo, recientemente se conoció el caso de un director de una emisora pública, donde quien denunciaba, también trabajaba en la emisora y no era la víctima. Luego de la denuncia, la entidad no tomó grandes acciones, excepto decir que iban a investigar.

Según una encuesta publicada por Función Pública (s.f) y hecha por el Ministerio del Trabajo, las conductas de acoso sexual en el trabajo más comunes en Colombia son: solicitudes o presión para tener sexo (82%), intento y ocurrencia de acto sexual (79%), correos electrónicos y mensajes de texto vía celular (72%).

La mayoría de las víctimas son mujeres, el 41% de estas prefieren manejar la situación por ellas mismas, al temer que por denunciar pueden perder su trabajo. En la misma encuesta, las personas que se reconocieron como víctimas reportaron no haber acudido a las autoridades para atender esta problemática. De esas personas, el 10% mencionaron haber denunciado ante el empleador o jefe o ante el gerente o superior jerárquico. La mayoría pide ayuda y consejo de los amigos y familiares […].

Los porcentajes de los delitos previamente descritos superan el 70%. Un porcentaje que es alarmante para no tocar el tema con lupa. Las mujeres seguimos siendo usadas como objetos sexuales por parte de quienes se satisfacen y al tiempo se jactan de poder.

Desafortunadamente no hay noticia que valga o apoyo por parte del Estado para que las víctimas se sientan tranquilas de hablar, pues estamos envueltas en un círculo sin salida, porque quienes denuncien, se verán perjudicadas.

A hoy, el tiempo nos ha demostrado que no vale mucho el empoderamiento femenino o el feminismo para impulsar la sororidad entre nosotras y hacernos ver que está mal. Está mal que te pidan un favor sexual a cambio de “hacernos más visibles”. Está mal que se siga viendo que “las bonitas” sean quienes tienen las de ganar. Está mal demostrar que solo ascienden las que hacen caso y se sometan al poder y está mal que hayan denuncias, rumores y nunca pase nada.

Han pasado años para poder hacer valer los derechos de las mujeres y seguimos siendo subordinadas ante la autoridad.

Foucault sostenía que, de las relaciones de poder, se podría derivar la acción del abuso y en estos casos podría ser incluso sexual, pues éste siempre será ejercido por quien tiene el poder y cuyo dominio es sobre el otro sujeto que se encuentra en una posición inferior.

La relación de poder busca que el sujeto dominado realice conductas deseadas, en este caso, incita, induce, desvía, facilita, amplía o limita ciertos comportamientos.

Estas relaciones son de carácter microsocial y pueden estar en cualquier instancia cotidiana, generando una relación unidireccional de poder. Ya sea en vínculos familiares, académicos o de diversos grupos sociales.

Históricamente, el poder tiene relaciones en función de explotación, tiene su consistencia y autonomía propia. Además, su existencia y ejercicio es aparato del Estado.

Las denuncias o rumores del pasado y actuales no son solo para acusar a alguien y ponerlo en el escrutinio, sirven para reflexionar y replantear las dinámicas y estructuras de poder al interior de las entidades y organizaciones.

No avanzaremos si no nos detenemos en analizar los problemas que trascienden a lo que estamos acostumbrados o consideramos que suele ocurrir en todas partes. Si normalizamos el abuso sexual a cambio de favores, seremos entes mecanizadas y estaremos sumisas al sistema que funciona así desde hace muchos años.

Seguramente en muchos casos, se pensará o se supone que hay consentimiento de la víctima, pero en otros casos no, y ésta tiene las herramientas suficientes para sentirse capaz de denunciar. Si eres víctima o conoces a alguien de abuso o violencia sexual, puedes solicitar ayuda en las siguientes entidades: Fiscalía, Casas de Justicia, Policía Nacional, Defensoría y Comisaría de Familia.

La sociedad avanzará cuando los derechos sean reconocidos por igual y es absurdo que en entornos laborales sigamos “avanzando” a cambio de favores sexuales con los supervisores. Hago la aclaración que estos casos se pueden presentar tanto en hombres como mujeres, pero que el problema existe e invita a reflexionar sobre las relaciones de poder que tenemos en el ámbito laboral. 

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