Conocí a Carmen Urías una tarde de julio del año 2017. Ese día caminaba por el centro de la Ciudad de Guatemala cuando decidí detenerme un momento frente al Palacio Nacional de la Cultura. Me encontraba sentada junto a un altar, que en ese entonces estaba improvisado con unas pequeñas cruces de madera acomodadas en círculo, cuando una voz detrás de mí preguntó: “¿Sabe usted por qué está esto aquí?”. Respondí que sí pensando que era una de las tantas personas curiosas que pasan por el lugar y me dispuse a contarle lo que sabía sobre esas cruces cuando me interrumpió: “Pues yo soy mamá de una de esas niñas”. Alcé la vista y nos vimos de frente, sus ojos se humedecieron y los míos también.
A inicios de marzo se cumplieron dos años del incendio en el que 56 niñas y adolescentes fueron víctimas; una de ellas era Mayra Haydeé Chután Urías, la hija de Carmen. La noche del 7 de marzo de 2017, ella y otros adolescentes que vivían en el albergue Hogar Seguro Virgen de la Asunción intentaron escapar. Allí eran víctimas de constantes abusos físicos y sexuales por parte del personal del Hogar y por gente externa al albergue.
De acuerdo con el informe de la ONU, el intento de escape comenzó con una distracción que posibilitó a otras compañeras de esa sección subir al techo y gritar a los adolescentes de la sección varonil que se unieran al intento de fuga. Desde ese momento Santos Torres, el director del Hogar Seguro, informó al Secretario Bienestar Social y a la Policía Nacional Civil sobre lo que acontecía. La huida se frustró cuando miembros de la Policía Nacional capturaron a la mayoría de los adolescentes y los regresaron al albergue. Pasando la medianoche, encerraron a las 56 mujeres en el aula de pedagogía y a los 43 hombres en el auditorio. A ambos salones se les colocó un candado y quedó como responsable de las cerraduras Eva Marina Marroquín Carrillo, la subinspectora de la Policía Nacional.
Siguiendo con la descripción del informe, ellas fueron encerradas en un pequeño cuarto que apenas medía 7x7 metros. Heridas, con frío, mojadas, sucias y equipadas sólo con unas cuantas colchonetas, Las Niñas de Guatemala tuvieron que alimentarse, dormir, orinar y defecar en ese pequeño cuarto hasta las 8:45 de la mañana, hora en la que comenzó el incendio. Una de ellas estaba embarazada.
Al parecer, una de las adolescentes inició un pequeño incendio con el objetivo de que las dejaran salir, pero el fuego se salió de control y comenzó a prender las colchonetas y a las mujeres que ahí se encontraban. Las Niñas de Guatemala gritaron durante nueve minutos hasta que las llamas les quitaron la voz. Cuando las autoridades decidieron abrir la puerta ya era demasiado tarde. Semanas después se dio a conocer que murieron 41 mujeres y 15 sobrevivieron con quemaduras de gravedad y daños físicos y psicológicos de por vida.
En cuanto la noticia fue difundida por los medios de comunicación, grupos de activistas y defensores de derechos humanos a nivel nacional e internacional se unieron a la demanda de justicia y realizaron acciones para solidarizarse. Fue en ese momento que la Colectiva de Feministas Autónomas Fuego y Resistencia inició un fuego ceremonial maya en la Plaza de la Constitución, que se espera sea nombrada Plaza de las Niñas de Guatemala, 8 de marzo. En la base del asta bandera colocaron un altar con cruces en círculo, de manera que, en el centro de éste, se pudiera realizar el fuego ceremonial con el que se honre la memoria de Las Niñas de Guatemala y se exigiera justicia. Carmen se integró a este espacio un mes después de lo ocurrido; para ella, este lugar le permite reencontrarse con su hija y mantener viva la denuncia de lo acontecido en el Hogar Seguro y de la presión e intimidación que el Estado realiza a familiares y víctimas.
Han sido dos largos años para Carmen y para quienes la acompañan. Ella cuenta que antes venían familiares o conocidos de las víctimas, pero poco a poco el altar se ha ido vaciando y hay ocasiones en las que sólo se encuentran las feministas autónomas, alguna de sus otras hijas y ella.
En este tiempo han tenido buenas experiencias y han conocido a gente de muchas partes del mundo que les ha mostrado solidaridad y acompañamiento, pero también han tenido que afrontar grandes obstáculos y sortear momentos que han puesto en peligro sus vidas.
“Hemos estado aquí, pero hemos vivido muchas cosas. Se nos ha acercado la policía, incluso se han querido llevar a mi compañera por no querer dar el nombre y por tomar un video del presidente [Jimmy Morales] que se nos vino a meter aquí bien bolo [borracho]. Se vino a meter aquí el presidente bien bolo. Me vino a dar la mano a mí, me saludó y le dije yo que ojalá fuera a haber justicia. Me dijo que iba a haber justicia y más, burlándose. Luego salió, se despidió de nosotros, se salió levantando las manos bien bolo y nos botó unas cruces ahí. Ya luego regresaron sus guaruras y levantaron las cruces”, comenta Carmen.
El primer año asistían diario a la Plaza pero debido a la falta de dinero, al hostigamiento de la policía y a los problemas de salud de Carmen, actualmente el fuego ceremonial sólo se realiza el día ocho de cada mes y en ocasiones especiales. Ella me reafirma su convicción por continuar su lucha hasta que el Estado reconozca a las víctimas y juzgue a los culpables: “Seguiré luchando por la memoria de mi niña. A ella la mataron, pero a mí me dejaron. Yo soy la voz de las Niñas y de todas las mujeres que han muerto en este país”. “Siempre está encendido el fueguito de la justicia”.
De acuerdo con CNN en Español, el juez Lainez acaba de enviar a un proceso judicial de tres fases a cinco acusados que serán juzgados por lo ocurrido en el Hogar Seguro; la primera fase inicia en mayo. Los acusados son: Harold Augusto Flores, jefe de Niñez y Adolescencia de la Procuraduría General de la Nación, por incumplimiento de deberes, homicidio culposo, maltrato a menores de edad y lesiones culposas; Lucinda Marroquín, ex subinspectora de la Policía Nacional Civil, por haber tenido la llave y no haber abierto el candado; Brenda Chamán, exjefa del Departamento de Protección Especial contra el Maltrato; Luis Armando Pérez, ex subcomisario de la Policía Nacional Civil, y Gloria Castro, exdefensora de la Niñez y Adolescencia de la Procuraduría de Derechos Humanos por ser responsables y estar al tanto de lo que ocurrido. Sobre la responsabilidad del presidente Jimmy Morales al conocer la situación del Hogar Seguro Virgen de la Asunción no se ha dicho nada.
Por otro lado, las familias se encuentran en espera de la indemnización. Por su parte, Carmen seguirá, acompañada por sus seres queridos, encendiendo el fuego de la esperanza, resistiendo contra el olvido y la impunidad.
El 8 de marzo del presente año se realizó la Acción por la Memoria e historia en el altar de Las Niñas de Guatemala. En este evento fueron realizados tejidos a las cruces, lecturas de poesía y una ceremonia dirigida por autoridades indígenas. Integrantes de la Colectiva de Feministas Autónomas comentaron que hubo muchas muestras de solidaridad y fue muy participativo el evento, pero tuvieron complicaciones en su realización ya que éste, al igual todos los eventos organizados en estos dos años, se financian con sus propios fondos, es decir, no reciben apoyo económico de alguna organización. “Aunque sea una dificultad, pero siempre lo hacemos desde la autonomía”, afirmó una de ellas.