“Si me matan sacaré los brazos 

de mi tumba y me haré más fuerte” 

(Hermanas Mirabal)

Como las hermanas Mirabal, miles de mujeres han sido y son asesinadas; sus cadáveres yacen en tumbas y, en otros casos en fosas comunes, desde ahí sacaron sus brazos para ser más fuertes; así lo hicieron, Patricia, Teresa y Minerva, que aún después de sus feminicidios, acabaron con el régimen del dictador Dominicano Rafael Leonidas Trujillo, quien murió asesinado unos meses más tarde en un contexto de indignación por sus atrocidades.

Así como “Las Mariposas” otras mujeres sacaron los brazos de sus tumbas: El espíritu de Nydia Erika Bautista, vive en la Fundación de su nombre que lucha contra la desaparición forzada; la memoria de Rosa Elvira Cely, pervive en la Ley del Feminicidio; la justicia por el crimen contra Ilse Amory, resuena en la condena a su feminicida Juan Valderrama; la inocencia de Yuliana Samboni, vive en la sanción social a Rafael Noguera; y, la fortaleza de  las miles de mujeres y  lideresas asesinadas, late en cada corazón que rechaza la violencia y la discriminación. Todas ellas, no sólo sacaron sus brazos, sino, sus extremidades,  cuerpos y  espíritus  para sacudir a la sociedad colombiana.

Sin embargo,  todas estás mujeres, jamás debieron ser víctimas de torturas, violaciones y feminicidios; estas historias de violencia contra las niñas y mujeres no deberían repetirse nunca; no deberían existir más hermanas Mirabal, ni más Nydias, ni más Rosas, ni más Ilses, ni más Yulianas, ni más mujeres, ni  lideresas sociales torturadas, maltratadas y violadas; no deberían existir más historias feminicidas.

Desafortunadamente, en Colombia entre el año 2020 y 2021, los feminicidios alcanzaron una cifra que supera las mil víctimas; mil tumbas de mujeres que sacaron sus manos de sus tumbas para mostrar la peor cara de una sociedad violenta y cruel que normaliza la violencia. Hoy, nuestro país es un camposanto donde yacen millones de víctimas, entre ellas, lideresas sociales, niñas, jóvenes y mujeres indígenas, campesinas, afro y excombatientes. Cuán tristes estarían las hermanas Mirabal al ver como su historia se repite en el hemisferio.

Es hora de sacar los brazos, pero no de las tumbas, sino de la indiferencia; levantar las manos para luchar contra toda forma de violencia y evitar más féretros feminicidas.  Hoy 25 N, “Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres” saquemos y alcemos los brazos para desnormalizar los feminicidios y garantizar a las niñas, adolescentes y mujeres una vida libre de violencias y discriminación.