En esta emisión de Mujeres que Impactan, la abogada y activista María José Zabala resalta lo fundamental que es tener a mujeres participando políticamente y que, para lograr una equidad en estos espacios, es necesaria la educación.
En los barrios vulnerables de Villavicencio existe el mayor potencial de mujeres que buscan reducir la desigualdad, la violencia y la pobreza, solamente es que se les abra el espacio para hacerlo. Aquí es donde entra María José Zabala, activistas y abogada especialista en derecho constitucional. “Mi trayectoria no es la que impacta”, explica la activista, “sino gracias a las mujeres que me han impactado”.
Desde que tiene 14 años se ha involucrado en el trabajo social. Junto a su madre, una de las lideresas del barrio donde creció, crearon un grupo de jóvenes de distintos colegios para hacer labor social en los barrios. Después, cuando fue momento de estudiar, incursionó en la carrera de derecho, para poner sus capacidades a servicio de la comunidad y las convicciones con las que había crecido.
“También viví desigualdad y violencia, por eso hoy en día mi trabajo es para que otras personas no lo vivan más”. Las enseñanzas que le dejó el liderazgo de su madre son el legado con el que carga cada día. Por esto, junto a su hermana, creó, hace seis años, la Fundación Huellas sin Fronteras, desde la cual hacen jornadas de donaciones para las comunidades vulnerables de la ciudad.
Así mismo, María José forma parte de la Veeduría de Mujeres Sin Violencia desde hace cuatro años. Aquí se hace un seguimiento a la ruta de atención integral a mujeres víctimas, asesoría y acompañamiento a violencia basada en género, campañas de educación secual y reproductiva, espacios de empoderamiento, liderazgo y participación política.
También fue parte de la creación de la Escuela Popular de Mujeres, que se dio entre los meses de febrero y abril. “Vimos la necesidad de crearla porque, en la pandemia, la violencia aumentó en los barrios”, explica Maria José, “también aumentaron los embarazos, por eso creemos importante el acceso a métodos anticonceptivos”.
Consistió en tres módulos que luego finalizaron con un juego de mesa educativo para resumir el evento. El primer módulo fue acerca del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, en donde se habló de métodos anticonceptivos y los derechos sexuales y reproductivos. El segundo trató el tema de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la legislación tras ella y los recursos de información. Por último, el tercer módulo se enfocó en las violencias basadas en género, para ayudar a las asistentes identificarlas y saber cómo denunciar.
En esta escuela también se han enfatizado en promover la participación política de las mujeres de la comunidad, ya que existe un bajo índice de mujeres que están activas en la toma de decisiones. Esto no es por falta de ideas, sino por falta de oportunidades, como también recursos, para acceder al conocimiento necesario para ingresar a estos espacios.
La activista considera que es importante que las mujeres puedan tener una formación política aún más en la coyuntura actual del país, pues en el marco del Paro Nacional se han evidenciado muchas injusticias. “A pesar de que se supone que la Ley 1257 del 2008 nos ampara, han pasado más de diez años y no hemos visto resultados”, resalta la abogada, especialista en derecho constitucional.
De la misma manera, denuncia la represión que ha sido perpetrada por el ESMAD hacia las mujeres e identidades diversas manifestantes, pues este organismo de control de protestas ha abusado de su poder y ha generado violencia física basada en género como también violencia sexual con compañeras disidentes. “Las agrupaciones feministas nos unimos al paro porque la reforma no era la única razón de molestia de la ciudadanía”, cuenta la activista.
Así mismo, señala que existe una gran deficiencia en los canales de denuncia para mujeres que han sufrido violencia. Tal como el hecho de que las comisarías de familia sólo atienden en días hábiles y por determinados sectores. Como también el hecho de que muchas mujeres en la ruralidad no tienen la facilidad de acceder a la justicia tan rápidamente como en el casco urbano, por lo cual siquiera ir a denunciar tomaría días.
Es entonces que María José afirma que por este tipo de sucesos es importante tener lideresas con una amplia plataforma y voz, que haya organización política femenina. Pues esta es la clave para que se pueda dar un verdadero avance en términos de equidad de género.
Que las mujeres tengan mayor participación política significa que a la hora de tomar decisiones que afecten a toda la comunidad puedan incidir, a partir de sus propias experiencias como mujeres, en políticas públicas que muchas veces han sido centralizadas en las necesidades masculinas. Es hora de que haya una mayor representación femenina en nuestra política, porque una política incluyente es una con enfoque de género.