ORGASMOS… esa maravillosa gran explosión y culminación de placer, que envuelve nuestros sentidos, genera estados alterados de conciencia y estremece nuestro cuerpo.
Sí, se oye muy bonito, pasional y excitante, sin embargo ¿cuántas personas lo alcanzan sin esfuerzos en TODAS sus relaciones? ¿Cuántas caen en actos ilegales por alcanzarlo? y ¿Cuántas más nunca lo han experimentado?
Considero yo, que nuestra sociedad “falocentrica”, (la cual se enfoca en el falo=pene y sobrevalora la eyaculación del hombre producto únicamente del coito heterosexual). Se enfoca fervientemente en que la única forma de experimentar el placer sexual es a través del orgasmo; en pocas palabras si no tenemos uno o muchos orgasmos siempre con todas nuestras parejas en todas nuestras relaciones, no seremos “sexualmente felices” ni “buenos/as amantes”, por el contrario seremos personas “frígidas, aburridas y frías”.
En buena parte de los casos que llegan al consultorio es por estas “exigencias” sociales, personales y de la pareja, que no nos permiten disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, pues “tenemos que y debemos de” cumplir con estas expectativas, ya sean reales o no. Sin embargo el “esperado y afamado orgasmo” no debe ser el objetivo ni la meta de una relación sexual (ni mucho menos relación de pareja), es el producto de algo espontáneo, libre, auténtico y no de algo planeado o premeditado, pues a veces entre más concentrados/as estemos en alcanzarlo, nos desconcentraremos de lo más importante, que es “disfrutar a la pareja y dejarnos llevar por el momento”.
También es importante saber que la gran mayoría de las personas no alcanza un orgasmo inmediato y fantástico, en su primera relación sexual, ni cuando cambia de pareja, ni cuando tiene prisas, pendientes, cansancio, hambre, se siente sucio/a, enfermo/a o preocupado/a.
Tampoco se presenta siempre en todas las relaciones sexuales que tengamos y no es porque exista “algo malo” dentro de mí, mi pareja o nuestros cuerpos, simplemente a veces “no se da y ya”, no hay que presionar la situación ni forzar a la pareja, si seguimos “con ganas” o con “la tensión genital”, podemos seguir acariciando o pedirle amablemente a nuestra pareja que nos acaricie, si aún así no se puede y nos sentimos algo frustrados/as o desesperados/as es importante realizar algún ejercicio de relajación o respiración para descargar esa energía, que en algunos casos es molesta (también llamada “blue eggs= huevos azules”) pues se congestiona la sangre en los tejidos eréctiles (clítoris, pene, etc.), pero por sí sola no ocasiona ningún daño al organismo.
Sin embargo si se presenta esta ausencia o retraso del orgasmo de manera persistente (más de 6 meses) y recurrente (del 75 al 100% de las veces), después de una fase de excitación normal, tanto en duración como en intensidady además genera un malestar significativo a la persona, pudiera tratarse de una disfunción sexual llamada “Trastorno orgásmico” (DSM V) o mejor conocido como “Anorgasmia” (DSM IV), la cual un/una especialista en sexología clínica o terapeuta sexual pudiera confirmar y atender para que la persona y su pareja puedan recobrar su vida sexual satisfactoria