Cada vez es más común leer como cientos de mujeres fueron drogadas por hombres tras haberles echado alguna sustancia en sus copas. El método utilizado es conocido como Sumisión química, y es utilizado comúnmente para violar a las mujeres posteriormente.
Comenzó a ser visible en Bruselas mediante el hashtag #BalanceTonBar. En esa ciudad un camarero fue denunciado 17 veces por distintas violaciones en una zona de fiestas universitarias. Sin embargo, la reacción del jefe del local no fue despedir al camarero, sino moverlo a otro bar. Días después el movimiento iniciado en las redes llegó a otros países como Francia, España o Reino Unido, donde llegaron a producirse denuncias por inyección de drogas a chicas mediante jeringuilla.
La sumisión química se conoce como: “como la agresión sexual, robo, extorsión y/o maltrato, sufridos bajo la influencia de sustancias psicotrópicas. La sustancia puede administrarse de forma subrepticia o aprovechar sus efectos para cometer el delito, por cuanto la víctima ve disminuida su capacidad para identificar una situación de peligro o resistirse a la agresión.” Posteriormente la víctima no puede recordar lo sucedido durante unas horas, o solo puede recordar algunos momentos con imágenes aisladas, como flashbacks.
Debido a la pérdida de la memoria, en muchas ocasiones las chicas llegan a dudar de la realidad de lo ocurrido. Lo que las lleva a no denunciar por miedo a no ser creídas o incluso ser burladas. Sin embargo, existen una serie de rasgos en común cuando este tipo de violación sucede. La víctima de despierta en lugares o en condiciones que no puede explicar, o con dolores corporales y vaginales que carecen de respuesta. También suelen recordar estar en un sitio y de pronto todo es negro.
Los expertos en violaciones sexuales recomiendan que cuando algo como esto suceda, la mujer acuda de inmediato a un centro sanitario indicado para este tipo de violencia. Se recomienda que sea lo más pronto posible, preferiblemente en menos de 24h, para perder el menor número de pruebas posibles: las sustancias tóxicas presentes en el cuerpo, lesiones corporales, o restos de semen en el cuerpo, y activar un protocolo de abuso sexual. También es importante no ducharse, no cambiarse la ropa interior, no enjuagarse la boca, ni lavarse los dientes o la vagina, en estas zonas podrían quedar restos de semen o de la droga que provocó la sumisión.
Es muy difícil saber el número exacto de mujeres que son violadas bajo sumisión química, ya que, de acuerdo con el Ministerio de Igualdad de España, solo el 8% de las mujeres que sufren violencia sexual la denuncian. Lo que supone que más del 80% no son perseguidas.
Sin embargo, las cifras de este tipo de violación no paran de crecer, cada vez son más las mujeres víctimas que acuden a los hospitales.
En el Clinic de Barcelona, en un informe se desvela que un 30% de las victimas de violación lo son por sumisión química, y la mayoría tienen menos de 25 años. En el Hospital de La Paz de Madrid, se calcula que el 35% de las agresiones sexuales son bajo sospecha de sumisión por sustancias químicas.
En España actualmente existe un perfil de Instagram (@denuncia_tu_bar), donde las mujeres, de forma anónima, pueden contar lo vivido tras ser drogadas por sumisión química. Por lo que el fuerte movimiento en redes sociales recuerda que todas las mujeres del mundo viven bajo un sistema que las quiere oprimir, y un hecho que en un inicio era aislado se convierte en una masa de denuncias en múltiples países.