Existen personas inertes que van por el mundo esperando un deceso, esperando un final, o tal vez, esperando un milagro que los devuelva a la vida.
Conocí el significado de la desolación en una carta escrita a mano por una mujer que decía:
-En las noches, como de costumbre, mi abuela se sentaba a mi lado y me recitaba la canción más cruel que he conocido “Duérmete niña, duérmete ya, que viene el coco y te comerá”. Años más tarde, el coco apareciò en una noche de tragos y agarrò mis brazos para desgarrar mi vientre con su pene mientras respiraba desaforadamente sobre mis senos. Desde entonces, no he dejado de pensar en su espeluznante apariencia y en la posibilidad de volverlo a encontrar. ¡Necesito ayuda!-
Nunca pude conocer a esa mujer y aunque me hubiese encantado enfrentar de su mano al coco, estoy casi segura que esa carta iba dirigida para ella. Quizás, ella necesitaba leer su historia para enfrentarse a la bestia que vivía en su memoria con el fin de encontrarse.
Es por esto, que el coco puede aparecer en cualquier momento, con el fin de lastimar a todas aquellas personas que se encuentren vulnerables.
De acuerdo a las cifras de medicina legal, en el año 2018, se presentaron más de 21.515 posibles abusos sexuales entre mujeres, niñas y niños; esto sin contar a todas aquellas personas que no pueden hablar por miedo al rechazo.
Volver a confiar es un acto de valentía que puede tomar mucho tiempo, pero la única forma de lograrlo es reemplazando el rencor por amor y el silencio por experiencias constructivas.
Nunca podrás escapar del recuerdo y del dolor que puede causar una violación, pero sí podrás encontrarte cada vez que te sientas perdida.