Indudablemente ha sido una de las herramientas que históricamente ha financiado las políticas públicas, pero en tiempos que la economía informal se esta llevando casi el 60% del PIB sería despertar un demonio que al Gobierno Nacional le saldría caro. Porque para asombro de nosotros tampoco lo conoce… resulta tal vez entregarle el alma al diablo sin saber las consecuencias.
El esquema dogmático del proyecto de reforma tributaria es impecable, estima que la pobreza se ha reducido desde el 2017 y que tan solo el 1.2% de la clase Alta se encuentra activa, es decir, generan ingresos a los cuales el estado les impone su carga tributaria; y finalmente menciona que la clase media es la gran benéfica de esta reforma.
La reforma consiste entonces, en la creación de dos primas adicionales pagadas a trabajadores del sector privado y trabajadores oficiales cuyo ingreso sea superior a los tres (3) S.M.M.L.V y que serían el salvavidas para asumir el costo del IVA que ya esta en el 19%. Ahora bien, este costo “dependerá” de la calidad de su empresa si es micro, mediana o gran empresa, como lo señala el texto.
Por su parte y tal como lo mencionan dentro del proyecto, las agremiaciones y el sector empresarial solicitaron el archivo de esta iniciativa, no solo porque el costo que genera esto para las empresas desembocará en mas empleo informal, sino que el consumidor final, es decir, el supuesto beneficiado ¡nunca podrá disfrutar de los placeres de tantos emolumentos laborales… porque trabajo no hay!
Finalmente, el Gobierno Nacional, como en casi todo hizo oídos Sordos y aprobó el texto sin reconocer objeción alguna de los opositores al mismo, afectando el bolsillo de todos menos del 1.2% que les mencioné. Y si usted fuera empresario en un país como este, donde completamos 14 días de paro ¿contrataría más empleados con las garantías de Ley? ¿Asumiría estas primas adicionales? ¿Aporta a la economía y al ejercicio empresarial reformas de esta índole?
¡O usted deberá entregarle el alma al diablo para cumplir con las cargas impositivas del Estado colombiano! Piénselo…