El Ser Humano, depredador y violento no solo acaba contra sí mismo imponiendo políticas de odio y guerra, sino que también está poniendo en peligro a los animales con la destrucción y descuido ambiental.
Como consecuencia de lo anterior, el problema más grande y evidente que estamos viviendo; Australia en llamas. Sufriendo las consecuencias de catastróficos incendios forestales, acelerados por el cambio climático. Se estima que hasta ahora se han quemado unas cinco millones de hectáreas de terreno.
Según la plataforma Periodista por el Planeta, los incendios que desde septiembre flagelan a Australia han emitido cerca de 349 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera hasta el momento, cifra que se acerca a los 532 millones de toneladas, las emisiones anuales totales vertidas por el país en el año 2018.
A raíz de este grave problema, se han desencadenado grandes campañas y apoyo en las redes sociales, lo cual no está mal, pero no soluciona el problema. El cambio climático es un boomerang de todas nuestras actuaciones y fallas acumuladas del tiempo que llevamos retando a la naturaleza y desafiando su poder.
Incluso, se estima que en 30 años, la superficie quemada de la selva amazónica se habrá doblado. Un estudio que parte de la evolución de los incendios en lo que va de siglo muestra que el resultado de la interacción de deforestación y cambio climático será un mayor número de incendios aún más devastadores.
Como consecuencia de graves incendios y desastres ambientales, los animales son los que más sufren. Es más que evidente que el ser humano es quien por sus acciones ha destruido el hábitat de los animales, llegando a la extinción de los mismos.
Un estudio publicado recientemente en la revista Science of the Total Environment explica que la especie Pez remo gigante sufrió un claro descenso desde 1970 como resultado de una sobrepesca y la fragmentación de su hábitat. Además, en 1981, los seres humanos construyeron una represa (Gezhouba Dam) que bloqueó los hábitos migratorios del animal que necesita nadar río arriba para reproducirse y bajar de nuevo para alimentarse.
Pero ¿Qué tiene que ver la protección a animales y medio ambiente con los Derechos Humanos?
Los Derechos Humanos no solo protegen a la humanidad, ya que al buscar que el ser humano logre un balance y equilibrio consigo mismo y realmente lo logre, podrá actuar de manera más responsable y sostenible frente a la naturaleza y consecuentemente con los animales.
La forma más viable que la naturaleza y los animales sean protegidos es a través de mecanismos de defensa que el ser humano imponga en su normatividad y legislatura para prohibir el uso y consumo masivo de materiales que perjudican directamente al medio ambiente. Por ejemplo, prohibir o sancionar fuertemente la deforestación, incentivar la siembra y reducir el uso del plástico entre otras miles de políticas que se pueden fortalecer.
De esta manera, lo que el ser humano debe hacer es ser consciente que sus acciones sean menos perjudiciales para el planeta, destacar el papel e importancia de respetar los Derechos Humanos como las condiciones de un buen medio ambiente y de esta manera nos cuidaremos no solo a nosotros sino a otros seres vivos, como los animales.