En esta charla de Mujeres que Impactan, la directora de FENOGE y economista del sector eléctrico, Katharina Grosso, habla de cómo ha surgido en esta industria masculinizada pero también cómo lo pudo balancear con su enfermedad.
Surgir en una industria tradicionalmente masculina no es algo fácil, sobre todo cuando, además de ser mujer, debes balancear esto con un proceso de tratamiento de cáncer de mama. Katharina Grosso, directora de FENOGE y economista con casi diez años en el sector eléctrico, sobresalió en un mundo de hombres, resiliente y capaz, con un nuevo aprendizaje que ahora aplica en su vida cada día.
Así mismo, dedica su labor hacia lograr una verdadera paridad en el área eléctrica. Pues, a pesar de lograr un alto puesto de liderazgo, ella es una de las contadas mujeres que ocupan estos espacios. Por lo que considera que es necesario abrir el camino para que más mujeres tengan la oportunidad de lograrlo.
“Hay mayor paridad, pero no hay paridad absoluta”, explica la directora, “por esto debemos incentivar a que las mujeres estudien estas profesiones”. Pues el ingreso de mujeres jóvenes a carreras STEM es una tasa muy baja en comparación a sus pares masculinos, incluso cuando las compañías quieren integrar más talento femenino a los equipos.
Grosso señala cómo, en Fenoge, existen políticas enfocadas en género, tales como cambiando detalles en su comunicación para convocatorias de personal, ya que existe la consciencia de que el lenguaje puede ser excluyente. En vez de solicitar hojas de vida de “ingenieros eléctricos”, se abre convocatoria a “profesionales de ingeniería”.
Sin embargo, la problemática todavía existe, por el hecho de que, a pesar de que la convocatoria sea incluyente, no hay suficientes mujeres en el sector. Por esto, la directora considera que más que abrir los espacios para que ingresen, también es generar la motivación a que se formen para entrar a estos espacios.
“Se necesitan figuras representativas de mujeres profesionales en estas carreras”, aclara, “que las niñas y jóvenes vean que existen”. Así mismo, explica que esto demostrará a las mujeres interesadas en este sector que es posible surgir en él. Que, a pesar de que sea dominado por hombres, no imposibilita el surgimiento del talento femenino.
Como también resalta que es necesario que se de esta paridad en los espacios como el sector eléctrico. La presencia de mujeres que estén activamente tumbando roles de género nivela el campo de juego y también mejora la convivencia empresarial.
Pues muchas veces se considera que el liderazgo es un rol masculino y que, si hay mujeres que lo ocupan, igualmente deben masculinizarse. Pero esto es incorrecto, porque las fortalezas no corresponden a un rol de género, sino a las capacidades de la persona por individual.
La directora cree firmemente que, más allá de si se es hombre o mujer, la forma de liderazgo puede ser la misma. Pueden cometerse los mismos errores y aciertos, se puede ser buen o mal líder, pues lo que define este ejercicio no son los estereotipos de género, sino la personalidad y humanidad de cada persona.
Esto es algo que ella ha promovido desmantelar desde su trabajo, como también el no temer mostrar vulnerabilidad o desconocimiento en espacios laborales. Pues, tras sobrepasar su enfermedad, entendió que estos pequeños detalles no definen el resultado final, son simplemente parte del camino. Y, ¿qué mejor que dialogarlos para mejorar la llegada a la meta?
“Cuando no tenía cejas ni pelo me ofrecieron la posición de ser la directora de Fenoge”, cuenta la economista, “esto habla no sólo de mí sino de los resultados que se obtienen cuando en lo laboral no vemos las barreras de las personas sino su potencial”.
Por esta experiencia, ha enfocado sus esfuerzos no sólo en realizar su trabajo con pasión, sino también dar un mensaje de prevención ante esta enfermedad. Pues el enfrentarse a ella le dejó grandes lecciones de vida.
Señala la importancia de siempre hacerle caso al cuerpo, cuidarlo y darle lo que necesita para su correcto funcionamiento. “Antes, yo no comía sino una hamburguesa en la noche”, cuenta la directora de Fenoge, “pero durante todo el día sólo me había tomado un café”.
No limitándose a los cuidados del cuerpo, ella resalta que también es importante la salud y descanso mental. Se consideraba una adicta al trabajo, no tomaba los descansos que correspondían ni tampoco dejaba de pensar en función del trabajo incluso en su tiempo libre.
Esta forma de no saber desligarse del trabajo fue uno de los factores que, al enfrentar su enfermedad, le chocó. Pues se dio cuenta que no estaba viviendo su vida a su máximo potencial, y decidió compartir su mensaje. Para ella, buscar la felicidad es lo más importante, el resto viene después.