No hay que “Actuar como Hombre” para ser Buena Profesional

May 15, 2021
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En esta entrevista de Mujeres que Impactan, la ingeniera y emprendedora colombiana, Ximena Caicedo, nos habla de las claves del autoconocimiento y la firmeza de ser auténticamente femenina en espacios mayormente masculinos.


Ximena Marín Caicedo creció en un hogar bastante conservador, pero también donde aprendió sobre la independencia. Así mismo, tanto en su casa como en el trabajo, tuvo que saber cómo desenvolverse en ambientes predominantemente masculinos. Pues, la ingeniería industrial es generalmente dispuesta para hombres y a muy pocas mujeres se les ha motivado incursionar en este tipo de estudios.


Por esto, Ximena siempre supo cómo moverse en estas aguas y, así mismo, luchar por conservar su autenticidad como mujer en espacios de trabajo. “Cuando estuve en México, recibí muchos comentarios sobre cómo no podía ser ‘tan buena gente’”, cuenta la profesional, “pero yo creo en la firmeza, no en la rudeza”.


Ante este tipo de situaciones, muchas mujeres se han hecho el planteamiento de que tal vez sea necesario masculinizar el liderazgo. Pues al ocupar puestos de autoridad, muchas mujeres no son tomadas en serio. Esto se debe a que, simple y llanamente, a los hombres no les gusta escuchar a las mujeres. Como bien lo expresa en esta entrevista la economista, abogada y ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, “siempre que una mujer toma la palabra, hay una reducción generalizada en la atención de los hombres alrededor de la mesa”.


Es entonces que surge la pregunta, ¿tendremos que actuar como hombres a la hora de ejercer el liderazgo en nuestros espacios laborales? Ximena dice que no.


Señala que es primordial ser auténticas, es decir, hacer uso de aquellas habilidades femeninas que tenemos y que sean, antes que objeto de menosprecio, una fortaleza. En general, las mujeres suelen tener una mayor empatía e inteligencia emocional que los hombres. La capacidad de una mujer de percibir el estado de ánimo de los integrantes de su equipo hace que puedan percatarse, con mayor facilidad, de problemas que, muchas veces, sus pares masculinos no logran notar. Esto genera una mejor dinámica de equipo.


Así mismo, se ha demostrado que las mujeres en puestos de liderazgo han traído grandes beneficios a las empresas, tan positivo ha sido su impacto que se han creado políticas de retención de talento femenino. Pues el liderazgo que ejercen es enfocado a los detalles, de manera que su enfoque minucioso previene a la empresa de cometer ciertos errores.


De esta manera, Ximena ha decidido hacer caso omiso a los comentarios y sugerencias de “actuar como hombre”. Ha encontrado que, al conectar con su equipo, realizan un trabajo mucho más satisfactorio. Pues el apelar a su sentido humano le ha enseñado que en la imperfección está la belleza, y en ella la amplitud para crecer.


En general, las mujeres están mucho menos interesadas en demostrarse ante los demás ni se motivan por su ego. Crear comunidad y generar el resultado es su mayor prioridad. Por esto, Ximena, y mujeres como ella, han encontrado que admitir el desconocimiento de un tema y abrirle las puertas al aprendizaje ha mejorado el resultado final.


La ingeniera también cree firmemente en el esfuerzo incremental, que consiste en una acción diaria dirigida hacia la meta, sin importar qué tan grande o pequeña sea, los resultados darán de forma exponencial. Ella aconseja este método ‘lento pero seguro’ porque “no todos los días amanece uno preparado para comerse el mundo”, afirma la ingeniera.


También aconseja identificar nuestras fortalezas y habilidades. Señala que, muchas veces, no le ponemos la misma importancia a lo que sí hacemos bien cómo le ponemos importancia a nuestras fallas. Pero esto es debido al sistema escolar, que ha trastornado esto con la dicotomía de “buenas” y “malas” notas, en vez de utilizar estas mediciones como diagnóstico de qué es en lo que somos buenos. 


Encontrar estas fortalezas ha sido para ella el motor para emprender y realizar proyectos exitosos. De hecho, actualmente está en el medio del desarrollo de dos programas para las empresas; el primero se enfoca en cómo involucrar la tecnología en el reconocimiento y manejo de las emociones, y el segundo busca encontrar cómo puede la sostenibilidad formar parte del día a día de las organizaciones.


Pero, así como ella aconseja que para emprender hay que hallar en qué eres bueno, reconocer cuándo no sabes y tener pasión por el proyecto, también señala que el llamado no es a que todos tienen que emprender. El emprender no garantiza el éxito, pero el reconocerse a uno mismo siempre será un buen camino. 


No hay que “Actuar como Hombre” para ser Buena Profesional

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May 15, 2021

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En esta entrevista de Mujeres que Impactan, la ingeniera y emprendedora colombiana, Ximena Caicedo, nos habla de las claves del autoconocimiento y la firmeza de ser auténticamente femenina en espacios mayormente masculinos.


Ximena Marín Caicedo creció en un hogar bastante conservador, pero también donde aprendió sobre la independencia. Así mismo, tanto en su casa como en el trabajo, tuvo que saber cómo desenvolverse en ambientes predominantemente masculinos. Pues, la ingeniería industrial es generalmente dispuesta para hombres y a muy pocas mujeres se les ha motivado incursionar en este tipo de estudios.


Por esto, Ximena siempre supo cómo moverse en estas aguas y, así mismo, luchar por conservar su autenticidad como mujer en espacios de trabajo. “Cuando estuve en México, recibí muchos comentarios sobre cómo no podía ser ‘tan buena gente’”, cuenta la profesional, “pero yo creo en la firmeza, no en la rudeza”.


Ante este tipo de situaciones, muchas mujeres se han hecho el planteamiento de que tal vez sea necesario masculinizar el liderazgo. Pues al ocupar puestos de autoridad, muchas mujeres no son tomadas en serio. Esto se debe a que, simple y llanamente, a los hombres no les gusta escuchar a las mujeres. Como bien lo expresa en esta entrevista la economista, abogada y ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, “siempre que una mujer toma la palabra, hay una reducción generalizada en la atención de los hombres alrededor de la mesa”.


Es entonces que surge la pregunta, ¿tendremos que actuar como hombres a la hora de ejercer el liderazgo en nuestros espacios laborales? Ximena dice que no.


Señala que es primordial ser auténticas, es decir, hacer uso de aquellas habilidades femeninas que tenemos y que sean, antes que objeto de menosprecio, una fortaleza. En general, las mujeres suelen tener una mayor empatía e inteligencia emocional que los hombres. La capacidad de una mujer de percibir el estado de ánimo de los integrantes de su equipo hace que puedan percatarse, con mayor facilidad, de problemas que, muchas veces, sus pares masculinos no logran notar. Esto genera una mejor dinámica de equipo.


Así mismo, se ha demostrado que las mujeres en puestos de liderazgo han traído grandes beneficios a las empresas, tan positivo ha sido su impacto que se han creado políticas de retención de talento femenino. Pues el liderazgo que ejercen es enfocado a los detalles, de manera que su enfoque minucioso previene a la empresa de cometer ciertos errores.


De esta manera, Ximena ha decidido hacer caso omiso a los comentarios y sugerencias de “actuar como hombre”. Ha encontrado que, al conectar con su equipo, realizan un trabajo mucho más satisfactorio. Pues el apelar a su sentido humano le ha enseñado que en la imperfección está la belleza, y en ella la amplitud para crecer.


En general, las mujeres están mucho menos interesadas en demostrarse ante los demás ni se motivan por su ego. Crear comunidad y generar el resultado es su mayor prioridad. Por esto, Ximena, y mujeres como ella, han encontrado que admitir el desconocimiento de un tema y abrirle las puertas al aprendizaje ha mejorado el resultado final.


La ingeniera también cree firmemente en el esfuerzo incremental, que consiste en una acción diaria dirigida hacia la meta, sin importar qué tan grande o pequeña sea, los resultados darán de forma exponencial. Ella aconseja este método ‘lento pero seguro’ porque “no todos los días amanece uno preparado para comerse el mundo”, afirma la ingeniera.


También aconseja identificar nuestras fortalezas y habilidades. Señala que, muchas veces, no le ponemos la misma importancia a lo que sí hacemos bien cómo le ponemos importancia a nuestras fallas. Pero esto es debido al sistema escolar, que ha trastornado esto con la dicotomía de “buenas” y “malas” notas, en vez de utilizar estas mediciones como diagnóstico de qué es en lo que somos buenos. 


Encontrar estas fortalezas ha sido para ella el motor para emprender y realizar proyectos exitosos. De hecho, actualmente está en el medio del desarrollo de dos programas para las empresas; el primero se enfoca en cómo involucrar la tecnología en el reconocimiento y manejo de las emociones, y el segundo busca encontrar cómo puede la sostenibilidad formar parte del día a día de las organizaciones.


Pero, así como ella aconseja que para emprender hay que hallar en qué eres bueno, reconocer cuándo no sabes y tener pasión por el proyecto, también señala que el llamado no es a que todos tienen que emprender. El emprender no garantiza el éxito, pero el reconocerse a uno mismo siempre será un buen camino. 


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