“Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentado.
Creo en mi corazón siempre vertido
pero nunca vaciado”.
Credo - Maestra Mistral.
Estas palabras las recito como oración cada vez que estoy en ruta, y con otros léxicos, pero mismos sentimientos; las ciclistas pedalean los surcos urbanos, las carreteras nacionales, las ciclorrutas, los caminos reales, las vías rurales y las escaleras al cielo… Abandonando temores, deberes, comodidades y roles.
En este mes de septiembre, en plena pandemia mundial, celebramos este proyecto social como nuestro, porque si su espíritu era el de empoderar, el discurso se ha quedado pequeño; cada mujer que se ha adherido a Curvas en estos tres años, ha tomado no solo las ruedas, sino también ha dado cuerpo a la sororidad: enseña, aprende, repara y también crea. Empalmarse con una máquina no es el fin, es el medio; no existen las competencias ni los egos, coexistimos como un cultivo de feminidades que resultan en un gran bosque fértil.
Su fundadora es la mejor Trabajadora Social que conozco, la praxis le haría un reconocimiento si esta fuera una institución. Ángela S. Restrepo siempre tiene alguna idea, tarea, evento y palabra; sus experiencias personales con el deporte y el arte, le hicieron evidenciar que estos espacios carecían de participación femenina efectiva. Laboró como Guardiana de Ciclovía en la ciudad de Bogotá por cinco años y en sus conteos diarios veía pocas mujeres, la mayoría en sus roles más comunes. Quiso hacer su tesis de grado sobre mujer y bicicleta, pero el tema lo volcó hacia -el medio ambiente y bicicleta -, la documentación era más asequible.
Cursaba el año 2017 y arrancaba este proyecto con 20 mujeres destacadas, sin embargo, no poseían intenciones comunitarias y se evidenció cuando prontamente abandonaron. Apoyándose en amigas como Lina Chinchilla y Natalia Martínez, logró impulsar y darle forma a lo que hoy en día permanece: una red activa de talleres de mecánica, ciclo experiencias, entrenamientos y acondicionamiento físico. El emprendimiento: -Curvas en Bici Power-, permitió no solo uniformar y visibilizar a sus integrantes y actividades, sino que generó un soporte económico para dar sostenibilidad a los plazos del proyecto.
Durante esta cuarentena que al principio se pensó enemiga, resultó siendo una aliada, porque comenzó un proceso formativo dinámico y juicioso, en donde las voluntarias se reúnen dos veces a la semana para capacitarse sobre todo lo concerniente a la mujer y la bici con cerca de 25 temas: planeación de rutas, rutas seguras, liderazgo, mecánica básica, códigos de radio, altimetrías, seguridad vial, normatividad, derechos humanos, eliminación de brechas, etc. Se dio con gran alegría la apertura del proyecto en Cali, buscando así mismo su inicio y fortalecimiento en otras ciudades.
Desde el primer año se planeó ejecutar un Reto Nacional desafiando prejuicios acerca de la fortaleza femenina en bicicleta. El año siguiente se ejecutó esta idea: el destino fue Santa Marta, llamado -Reto Londonderry 2018- con 1000 km de recorrido. Con miles de cosas por planear el año siguiente recorrieron: 500 km hasta la ciudad de Medellín - Reto Dabeiba 2019-. Este año el desafío es llegar a Santander, pasando por la dura geografía Cundiboyacense, haremos honor a una eterna mujer luchadora y ejemplar, este año somos –Reto Policarpa 2020-.
Por si aún caben dudas, la participación en este y otros proyectos de empoderamiento femenino en bicicleta aumentó abismalmente. Las redes sociales nos sirvieron de ventana para mostrar al mundo las alegrías y las lágrimas de ser mujeres ciclistas. Mostrar los impactos para hacer retrospectiva de la fuerza y determinación de cada participante, hace que el espectador se inspire a creer, apoyar y motivar a otros y otras… ¡así que este efecto dominó no para!
La situación de emergencia sanitaria ha hecho que nuestros encuentros se remitan a la virtualidad, particularidad que afecta nuestra independencia económica; la gestión de recursos, apoyos y patrocinadores se ha redoblado, las mujeres que permanecen hoy en Curvas, trabajan mancomunadamente para enriquecer cada flanco de esta construcción social. A quienes se han ido, podemos hacer voto de que no se marcharon iguales o disminuidas.
Como proyectos futuros están el -Reto España 2021-, que será una realidad gracias a colaboradores internacionales que han creído en el proyecto someramente; de igual manera esperamos hacer los retos en México, Chile y Argentina. También soñamos con la apertura de una sede en Bogotá, que sea espacio de capacitación, shopping, entrenamiento y alimentación. Es un sueño, pero con buenos cimientos.
Les escribe una voluntaria fuera de Bogotá: la Sabana de Occidente es mi casa, Funza es mi familia, el terruño desde el cual amanece el sol del poder femenino que madruga a pedalear la vida. -¡Energía y amor!