Fueron tres abortos, el primero en 1934, según las cartas con su médico, donde este le orientaba sobre tomar una mezcla de aceite de recino y quinina, le provocó una hemorragia pero no suficiente para lograr el aborto motivado por la indiferencia de Diego Rivera. Ella consideraba que él no quería tener hijos, así que decidió en la clandestinidad o complicidad con su médico buscar una alternativa para interrumpir el embarazo. No fue efectiva esta práctica, así que decidió continuar con el embarazo pero unas semanas después tuvo un aborto espontáneo. Luego retrató su dolor en el cuadro denominado Henry Ford Hospital.
¿Cuántos médicos médicas, enfermeras y enfermeros en su libertad de objeción de conciencia, han estado dispuestos a facilitar un aborto, actualmente seguro?. ¿Cuántas son las mujeres que han tomado este tipo de decisiones? motivadas por el temor, que sus parejas no estén dispuestos asumir un rol responsable y paternal pero patriarcal sí.
No lo sabemos, pero lo que está claro es que en Colombia se realizan 400.000 abortos al año. En el 2017, Profamilia reportó 10.000 interrupciones legales. Las motivaciones para la interrupción clandestina son variadas, desde el abuso sexual hasta la violencia doméstica. Todas tan graves y capaces de mover a una mujer para tomar una decisión que pone en peligro su vida. El 33% que realizan este procedimiento de manera clandestina sufre una complicación que requieren atención médica. Cada año, mueren 70 mujeres por procedimientos inseguros. (Guttmacher Institute)
¿Cuántos siglos llevan abortando las mujeres? desde siempre; la medicina tradicional, chamánica y ancestral han tenido conocimientos sobre prácticas que inducen abortos. Por ejemplo, las abuelas tienen muy claro cuáles son los alimentos o mezclas que no se deben consumir para mantener un embarazo. También, las mujeres en el 2020 saben qué pastillas comprar en la farmacia, cuantas tabletas consumir, como paliar el dolor con dosis de acetaminofén y el chequeo médico posterior acompañado de una objeción de conciencia, porque no están obligadas a contar que se han practicado un aborto.
Entonces, no es cuestión de un tecnicismo médico, se trata de que sea seguro y que sea asequible comprendiendo la diversidad de motivaciones que puede tener una mujer a la hora de tomar este tipo de decisiones, además las brechas geográficas, sociales, raciales y económicas complejizan la situación y ponen en peligro a las mujeres.
Además, los estudios demuestran que los abortos no se incrementan después de legalizarse. Es una práctica histórica motivada por diferentes contextos, emociones, dogmas y de salud. A una situación con tantas motivaciones y complicaciones posibles es necesario brindar una alternativa generalizada que permita acceder al sistema de salud de manera legal y segura. Sobre la gratuidad, considero que la libertad de tener sexo trae consigo la responsabilidad de quedar embarazada, por lo tanto, la decisión sobre la interrupción debe ser asumida desde esa autonomía. Con esto proclamo que el Estado, para este caso no debe pagar el aborto. Lo debe asumir la persona (pareja). Lo que sí debe facilitar el Estado o la Ley, es el acceso a estos servicios, un aborto legal y seguro. Para los casos de vulnerabilidad, guerra, pobreza y violaciones, se debe evaluar las condiciones para subvencionarlo.
Continuando con Frida Kalho, en lo personal, su biografía me duele tanto que logro sentir su dolor existencial, hace parte de la magia de su arte, un talento para expresar su miseria, es imposible no sentirla y compadecerla. Su enfermedad, los accidentes y los tres abortos sumado a un Diego infiel e indiferente me parecen aniquilantes.
Ella, encontró en el arte la posibilidad de redimir su dolor o por lo menos bramar tan alto hasta lograr conmiseración y un lugar en los museos de arte más prestigiosos. Suena a ironía, pero es un merecido lugar en la historia del arte, finalmente una obra que nos incomoda, que nos grita las verdades a la cara merece un pedestal, en contraste, el populismo y la perfección que algunos movimientos artísticos enseñaron sobre lo que es el Arte. Pues, el arte es trascendente, es la huella de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Negarlo es omitir un relato y una herencia significativa. Es negar que las mujeres fuimos Ella.
Sin lugar a duda, Frida, representa muy bien una mujer de su época y de su élite, pero con una variante, una mujer que no fingía un matrimonio y una vida perfecta. El éxito no era su consigna, su miseria sí. Así que nos develó su intimidad, alzó la voz desde el arte, no eran denuncias ante el juzgado sobre los abusos de su pareja, era una denuncia social y artística. Además de permitirnos entrar en su intimidad, evidenció una faceta que muchas mujeres experimentaban en ese momento histórico. La confrontación al amor idílico y sumiso.
Kalho, en sus cuadros narra su introspección, batallaba entre el deber ser de la mujer que aguarda y mantiene su matrimonio por encima de su honra, pero un deseo doloroso manifiesto en el cuerpo y en la mente que la impulsaba a culminar su relación tóxica (Autorretrato con collar de espinas). Lo logró, pero tiempo después volvió con él. Públicamente nos dejó un legado del cual aún seguimos aprendiendo.
Los siguientes dos abortos fueron por situaciones de su salud y fueron embarazos deseados, con una motivación: hacer feliz a Diego Rivera, tener un “Dieguito”. Me gusta pensar, que Frida Kalho decidió volver a esta relación bajo el precepto libertario, la capacidad para tomar decisiones en plena autonomía en conciencia de la responsabilidad que ello acarrea.
“Quizá esperen oír de mí lamentos de lo mucho que se sufre viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr (…)”. Frida Kalho
Referencias
Muestra Epistolar Frida Kalho
Museo Frida Kahlo