Muy pocos de ustedes saben cómo llegué a mi puesto actual y que ha implicado para mi vida tanto personal como profesional.
Cuando estuve en mi entrevista de trabajo, mi perfil no encajaba para el área de marketing, puesto era egresada de gobierno y relaciones internacionales, sin embargo, tenía algo de conocimiento sobre esta, por la maestría que estoy cursando, a esto le sumaba la pasión que tenía por los temas que iba a tratar y por mis ganas inalcanzables de aprender.
Para mi sorpresa, mi jefe me dio la oportunidad de pertenecer a la empresa. Pero más sorprendida me dejó cuando me dijo que iba a ser gerente; la razón que él me dio para ese título, fue que dentro de la empresa no había existido esa área, porque consideraban que hasta el momento no había sido necesaria, y lo que él quería era construirla. Así pues, inicié mi primer trabajo con el pie derecho.
El primer reto llegó pronto, dentro de la empresa solo existía alguien con el título de gerente, el cual era mi jefe (gerente general), y yo llegaba de la nada con un título de ese tamaño, lo que ocasionó que muchos se sintieran algo “afectados” por esa situación; como me dijo un compañero indirectamente hace poco, “es que decir que uno es gerente hiere susceptibilidades”.
El segundo reto, y por el cual decidí llamar este texto “lo que calla una “chica” gerente”, fue mi aspecto físico, si me llegan a ver algún día dirán “esta chica debe tener unos 20 años”, y al principio esto jugó en mi contra. Obviamente no tengo esa edad; pero como saben, aún estamos en una sociedad que no valora completamente el papel de las mujeres y más existiendo techos de cristales para ser altas ejecutivas. Lo anterior generó una falta de “legitimidad” al instante, a esto le sumo los momentos incómodos que tuve que pasar cuando me relacionaba con los integrantes del área comercial, puesto, tenía que ser el soporte de ellos, un grupo donde todos tienen más de 40 años.
No niego que al principio fue duro, pero al trabajar duro y mostrar resultados, fui mejorando la perspectiva de mi posición dentro de la empresa. Ahora, hay más respeto y mayor autoridad, aunque siguen surgiendo momentos incómodos, no dudo que un futuro cercano todo eso acabe.
Ahora bien, mi mensaje para aquellas personas que llegaron a este punto es el siguiente:
Primero, no tener miedo de tomar nuevos retos solo porque no se sientan suficientemente preparados, siempre se puede aprender en el camino.
Segundo, no dejes que tu edad influya en tu autoestima, así seas muy joven o muy mayor, con o sin experiencia, siempre vas a tener algo nuevo que aportar, tanto en la empresa donde trabajas como a tus compañeros de trabajo.
Finalmente, pero no menos importante, no te quiebres cuando no exista el respeto, no te valoren o hablen a tu espalda, siempre trabaja duro y haz las cosas lo mejor que puedas, puesto permanentemente existirán personas que quieran dañarnos, pero está en nosotros tomar esas situaciones y volvernos cada día más fuertes.