En esta charla de Mujeres que Impactan, la joven estudiante, Abigail Toxtle, habla de los aprendizajes que obtuvo al verse enfrentada a la dificil situación de posponer sus estudios por un tiempo, pero también lo positivo que le trajo la vida para continuar.
Una falla que tenemos los seres humanos es ver los problemas como obstáculos inamovibles, una piedra en el camino que no podemos evadir. Pero, como muchas veces la misma vida nos ha demostrado, son sólo pequeños tropiezos que solemos superar. Incluso de las formas que menos pensaríamos.
Abigail Toxtle, es estudiante de comercio internacional, y también conoce muy bien esta realidad. A pesar de que aún es joven y en época universitaria, ha tenido la oportunidad de aprender una gran lección debido a tener que atravesar por un momento muy difícil de su vida, que la llevó a verse obligada a posponer sus estudios por un año.
Esto, para ella, fue un gran momento de incertidumbre, pues parecía que se estaba desviando del camino al que se había destinado. Para muchas personas, el alejarse momentáneamente de sus estudios puede significar un cambio de curso y un desenlace que no tenían previsto y tampoco deseaban.
Ante esta posibilidad, la joven estudiante decidió que no iba a dejarse derrotar por miedos ni desmotivaciones. “Busqué la forma de seguir adelante”, comentaba Abigail, “me inscribí a clases, me seguí educando empíricamente y apliqué a la práctica que tengo hoy”.
Es entonces cómo ella logró convertirse en practicante en el área de comercio exterior de la empresa Eissmann Group Automotive en México, realizando tareas como el expediente electrónico, anexo 24 y anexo 31. En este puesto logró obtener una serie de aprendizajes que, al volver a ingresar a su carrera universitaria, le ha proveído de herramientas útiles para su desarrollo profesional.
De esta manera, una de las lecciones en las que Abigail enfatiza es en no quedarse quietos. Si no hay oportunidad de seguir estudiando, encontrar un trabajo que te permita obtener conocimientos prácticos es también un alimento para tu proyecto de vida. Así como también hacer uso de las herramientas gratuitas que existen, ya sean cursos abiertos a la comunidad promovidos por organizaciones estatales o sin ánimo de lucro, como también la información disponible en internet.
“La vida es un árbol que vive las diferentes estaciones”, dice Abigail, citando las palabras que su padre le dijo a ella al enfrentarse a aquella situación. Esta frase fue, para la joven, una enseñanza para entender que, muchas veces, las cosas no salen como queremos, pero que igualmente pueden ser, de alguna manera, provechosas.
Así mismo, encontró inspiración en las personas a su alrededor. No solamente su padre sino diversas personas que la apoyaron al tomar decisiones difíciles y la acompañaron en sus mayores momentos de incertidumbre. El hallarse en una comunidad donde se inspiraba de la resiliencia de aquellas personas la llevó a confiar en sus propias capacidades para seguir adelante.
Para Abigail sus experiencias se resumen en cuatro lecciones fundamentales:
- Los momentos de tristeza son cortos, la vida y el tiempo siempre nos empujarán a seguir adelante. Así que, sí, el tiempo todo lo cura.
- Establecer metas los pasos para llegar a ellas, porque al tener claro el objetivo, el camino hacia él se irá desenvolviendo. Sólo hay que tener claro qué pasos pueden ayudarte a acercarte más a ese sueño.
- Siempre buscar comunidad, ya que el apoyo y el acompañamiento es una parte esencial para el desarrollo de cualquier persona. Tener esa seguridad de que no estás solo es una de las grandes motivaciones para seguir adelante.
- Pasar de lo teórico a lo práctico y no temer hacerlo. Puede servir de mucho estudiar y leer acerca de lo que quieres ejercer, pero también recuerda que la mejor manera de aprender es haciendo. Así que lánzate y comienza a practicar.