Una niña vende leche a otra mujer. Después la pequeña juega con un papalote, posteriormente un hombre aparece, él corta el hilo de la cometa y abofetea a la chiquilla; sí, Lea es una película que expone una situación en un ambiente rural, donde una mujer es vendida e intercambiada como un objeto. Ser fuerte o ser débil no es una opción, solo es un acto que nos invita a ser conscientes desde una visión ajena.
La madre es presentada como abnegada, sometida ante el villano, pero consciente de cómo dar el próximo paso, aunque en el camino tropieza y cae. Después hay otra mujer que no sustituye a la primera porque cada una es insustituible, pero escucha, reclama, al final guarda silencio y lo anterior hace que Lea quede desamparada.
En cada escena aparece una figura masculina diferente, la actitud de algunos es inevitable de relacionarla con el violentómetro. Hablamos de un contexto social incomparable en cada país, pero la violencia hacia la mujer no es tan diferente de otros lugares como el director expone.
Nos presentan en un inició una relación nada amorosa, al transcurrir el tiempo Lea es una mujer que observa al otro y ¿qué sucede cuando el tiempo trae a colación el pasado? Sí, justo en aquel preciso momento podemos entender desde otra mirada qué ha pasado. Ella acepta al otro, le permite compartir su espacio cuando ha logrado cerrar un ciclo.
Te invitó a ver Lea. Fue presentada en 1996. El país de origen al cual pertenece es República Checa.