El tráfico sexual, especialmente en lo que respecta a la compra y venta de niñas, se ha convertido en un gran negocio. En estados unidos crece cada vez más rápido como crimen organizado y como producto lucrativo comercializado ilegalmente después de las drogas y las armas. Se entiende como lucrativo ya que las armas y la droga se vende una sola vez, una niña la pueden vender 10 o 15 veces por día, recibiendo en su mayoría el proxeneta, casi la totalidad de las ganancias económicas.
Se estima que al menos 100.000 niñas y niños son compradas y vendidas para ser abusadas y violentadas sexualmente en los Estados Unidos cada año, hasta llegar a una cifra de 300.000 niñas y niños en peligro. Estas personas están siendo secuestradas por la fuerza, arrebatadas de sus familias y lugares de origen para ser compradas y vendidas. Cada año, las niñas, niños y mujeres que se compran y venden son cada vez más jóvenes. La edad promedio es desde los 13 años, sin discriminar los casos de niñas y niños menores de 2 años.
Ante estas alarmantes cifras lo que queda es educación para las familias sobre esta amenaza, informarse acerca del tráfico sexual, las causas que son en parte debido a la pobreza, a los problemas de autoestima y hasta de la hipersexualización de niñas y niños en los medios globalizado de la cultura pornográfica y proxeneta.
Tenemos que entender que tanto niñas, niños y mujeres están siendo víctimas de brutales actos, siendo tratadas como carga y sobretodo acciones que van en aumento debido entre otras cosas a que la demanda ha subido, siendo más lucrativa para todos los involucrados. excepto las víctimas, también al nivel de corrupción invasiva del cual se compone, bloquean y anulan los casos invisibilizando la verdad y por último a el silencio generado entre muchos factores por el miedo y la indiferencia de las personas que no se pronuncian contra tales hechos.
Hagámonos cargo todos, los traficantes son culpables, los consumidores son culpables, el gobierno es culpable, las instituciones son culpables, las familias son culpables y cada una de las personas que no se cuestione y empatice acerca de lo que les pasa a estas niñas, niños y mujeres que lo han sufrido y siguen sufriendo para que en el futuro podamos erradicar este tipo de comportamientos de una buena vez.
REFERENCIAS