Venezuela, un país sumido en la tristeza y desesperanza por ser testigo y protagonista de las constantes violaciones de los Derechos Humanos por parte de las políticas gubernamentales, despertó el día 10 de octubre con una noticia que sacó millones de sonrisas y desempolvó el sueño de libertad de otros miles dentro y fuera de sus fronteras: “Se acaba de anunciar que me han otorgado el Premio Beethoven 2018, que toma en cuenta el compromiso social de un artista más allá de la sala de conciertos”, citó la músico Gabriela Montero en su cuenta de Twitter aquel día.
Esta caraqueña es una de las pianistas más exitosas de su generación, inició su carrera musical a los tres años de edad, actualmente es admirada en varios países por ser solista de conciertos clásicos, así como por ser una recuperadora del arte de la improvisación que se perdió en la música artística a lo largo del siglo XIX.
Pero la fibra humana de Montero sobrepasa su talento musical, ella se ha dado a la tarea de ser la voz de millones de venezolanos que sufren los desmanes de un gobierno tiránico en la tierra que la vio nacer. Desde hace más de cinco años se ha vuelto una defensora incansable de los Derechos Humanos, no solo del ciudadano común, sino de los músicos que han tenido que guardar su instrumento para buscar alguna manera más efectiva de sobrevivir, por lo que ha creado campañas de recaudación de fondos para sus colegas.
Por otra parte, la también nombrada cónsul honoraria por Amnistía Internacional, ha sido blanco de críticas por usar la música clásica como medio de protesta y vínculo entre su público y el sufrimiento que envuelve el día a día en Venezuela, pero eso no la ha detenido, al contrario, su postura que no trata un tema político sino más bien una preocupación por la crisis humanitaria existente, se ha visto materializada en el desarrollo de su carrera.
Ejemplo de esto fue cuando en el año 2012 fue merecedora de un premio Grammy por su albúm “ExPatria”, dedicado a las 19.336 personas asesinadas en Venezuela en 2011, o cuando en medio de las sangrientas protestas del 2014 junto al reconocido director Carlos Izcaray, organizó un concierto de piano y orquesta en Berlín como grito de lucha por los atropellos que acontecían en el país que, con profundo pesar, desde hace nueve años no ha podido pisar.
Es por ello y más que esta guerrera latinoamericana de 48 años de edad, se ha convertido en la primera mujer que recibe el IV Premio Internacional Beethoven para los Derechos Humanos, la Paz, la Libertad, la Reducción de la Pobreza y la Inclusión, lo que evidencia que los venezolanos que viven fuera del país no olvidan lo que acontece, al contrario, luchan desde sus espacios para enterar al mundo de lo que allí sucede con el propósito de aportar un grano de arena al fin de una pesadilla de 30 millones de personas, que con el paso del tiempo, se ha convertido en una lucha compartida con la región.
La ceremonia de entrega se llevará a cabo el cuatro de diciembre del 2018 en el Bundeskunsthalle de Bonn, ciudad natal del recordado compositor y pianista Ludwig Van Beethoven, donde los asistentes a la premiación podrán ser parte de un concierto benéfico en el que debutarán afamados artistas, entre ellos Aehem Ahmad, el músico sirio-palestino que tocó piano en las ruinas de Damasco, lo que lo hizo merecedor del primer premio de esta categoría en el año 2015.
“Si algo es tan importante para ti, si ves tanto sufrimiento humano, si te toca tan de cerca, hace que te vuelvas una guerrera. Te hace levantarte y decir: eso no está bien.” Gabriela Montero.