El 2020 fue un año de cambios, inseguridad, desconfianza, ignorancia, desempleo, retos, pero también de crecimiento, porque a partir de la pandemia han surgido con mayor fuerza las mujeres en la escritura. Sí, no dejemos de lado que no solo han organizado actividades donde expresan su postura ante la violencia que han vivido, sino que también el fanzine lo han creado como denuncia social, para posteriormente presentar revistas feministas. Un ejemplo es la Colectiva Feminista de Malas Estudiantes quienes desde el número 1 han escrito un manifiesto, a continuación comparto un fragmento: “La Colectiva Feminista de Malas Estudiantes nace del deseo de crear un lugar de reflexión, entablar diálogos, fomentar la escritura y la creación de lazos entre mujeres feministas”, pues están en lo correcto invitan a reflexionar.

¿Por qué hablar de ellas? En primer lugar es una revista de estudiantes de Tijuana, Baja California y Ciudad de México, los espacios donde habitan nos permite ubicar los contextos sociales que afrontan día a día, ya que estos tienen un mayor registro de desapariciones, feminicidios y violencia hacia las mujeres. Desde ahí han visibilizado lo siguiente:

Las integrantes de la colectiva entendemos que la universidad es un recinto creado y manejado por y para hombres, esto se muestra evidente en: […] El trato distinto a hombres y a mujeres. No queremos ser afectadas por una calidad educativa sexista y escuchar comentarios basados principalmente en prejuicios. No queremos que se nos encasille como lo “otro”, lo misterioso, “lo etéreo” y demás denominaciones ridículas. También despreciamos los tratos condescendientes que pueden llegar a pasar desapercibidos, como el uso de sobrenombres femeninos (como “cariño”, “mija”, “reina”, “tesoro”, “bonita”, entre otros) para hacer referencia a alguien que no logra cumplir con las expectativas del docente, el cual termina infravalorando las capacidades intelectuales de las alumnas.

En mi opinión hacen un gran aporte a la educación, desde mi humilde experiencia como escritora y profesora comparto la siguiente: En una reunión académica un profesor se refirió a una estudiante como “una niña muy carismática”, en primer lugar nadie solicitó evaluar si es o no es muy carismática, en segundo lugar utilizar este adjetivo (carismática), para referirse hacia su desempeño académico me hace pensar en un documento que no hemos hecho, el cual es un protocolo para dirigirse o expresarse sobre la estudiante y el estudiante. Lo anterior me invito a recordar cuando era alumna, pensé como no solo un sobrenombre o un adjetivo eran utilizados por un profesor, sino que también la clase tenía tres horas de albures y miradas lascivas que soportamos por un semestre quienes estábamos por concluir ese ciclo académico en aquella institución. Colectiva Malas Estudiantes