La publicidadinduce a la sociedad a creer que los cuerpos exhibidos en ella son los únicosválidos. A través de ella, el patriarcado refuerza sus principios y las mujeresquedan supeditadas a este. En el imaginario colectivo social, solo llega aexistir un único tipo de mujer, con un único físico y comportamiento válido.Ellas deben ser sensuales todo el tiempo y mostrar seguridad, pero ser pasivaante los hombres. Para ello la constante infantilización de su físico y suintelecto es una de las maneras de lograrlo y fijarlo en el imaginariocolectivo.
Físicamentese les niega el derecho a envejecer. A diario, el mundo envía a las mujeresmensajes llenos de simbolismos que les coaccionan: desde la ropa, elmaquillaje, las cremas, la depilación, peinados, las intervenciones estéticas olas dietas.
Como ejemplo, laoferta de ropa de moda no recoge un rango amplio de tallas, aunque si se ofreceropa muy juvenil que cubren todas las franjas de edad. En el caso de lascremas, podemos ver cómo los anuncios están llenos de mujeres que no superan labarrera de los cuarenta y carecen de algún tipo de arruga y signo deenvejecimiento marcados. En el caso de la depilación, puede hasta considerarsemás preocupante el motivo por el que se realiza. Muchas veces la presión llegadirectamente de la pareja o de una relación sexoafectiva. Los hombres soloconocen cuerpos sin pelo porque sus referencias físicas son videospornográficos, donde las mujeres se ven obligadas a estar siempre perfectamentedepiladas o de cierta manera indicada para, una vez más, servir y complacer losgustos masculinos, que son las mujeres que se asemejan a las niñas.
Por tanto, lainfantilización de la mujer solo pretende negar y ocultar la madurez femeninaen favor del patriarcado.
La negación de lofísico también alcanza la parte psicológica. Siempre se clasifica a lasmujeres en fases donde pueden ser productivas: en el trabajo profesional, económicamente,sirviendo al hogar o fértiles, por ejemplo. Siempre se busca que las mujeresestén activas ininterrumpidamente, que sean activas y creativas, y que logrenabarcarlo todo. Con esto, no se permite a las mujeres pensar en sí mismas ydescubrirse más allá del deseo de los hombres.
Si se fija unarelación directa entre el físico y lo psicológico, cuando se busca una mujerjoven y segura de sí misma no interesa el aspecto intelectual. En el imaginariomasculino colectivo, una mujer segura de su intelecto no desprende sensualidadfemenina, y, por tanto, pierde su encanto juvenil. Así, la problemática llegaal envejecer, pues la mujer estará convencida, de que su seguridad dependeíntegramente de su belleza física juvenil, y solo entonces puede aportar a lasociedad.
Se perpetúa a lasmujeres en una infancia emocional eterna. No se les permite madurar emocional nifísicamente y esto se ve reflejado con mujeres inseguras, supeditadas a unhombre e incapaces de poner límites.