Igualdad de Género, pero Con una Condición

November 8, 2021
Columna
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Foto por Sarah Cervantes en Unsplash

Ayer el periodista Piers Morgan publicó una columna de opinión para Daily Mail Online en contra de la pelea de MMA que sucedió el viernes, entre Alana McLaughlin y Celine Provost, de la que Alana resultó ganadora y no por mucho, porque su contrincante dio mano firme hasta el final.


Desconozco algo que funcione sin filtros de género, raza o cultura. Uno creería que los deportes son la excepción porque son actividades o eventos que reúnen a todo tipo de personas sin importar qué. Pero, la realidad es diferente. De hecho, a mi ojo, los deportes son una de las cosas en las que más discriminación hay: por etnia, raza, nacionalidad, estatura, peso, necesidades especiales…, y sobre todo por sexo y género.


Es pertinente aclarar en primera instancia que el sexo se refiere a los genitales y el género a la identidad. 


Alana McLaughlin es una mujer trans, lo cual significa para el morbo de muchos que, efectivamente, nació con sexo masculino. Efectivamente, durante 33 años estuvo viviendo con sexo masculino sirviéndole nada más y nada menos que a la milicia en las Fuerzas Especiales para Hombres, “con barba y bigote” como dijo el Sr. Morgan en su columna. También, efectivamente, tenía el cuerpo musculoso, ágil y tatuado de un chico… que ahora, 5 años después, nada de eso importa porque tenemos enfrente a una mujer de 170 cm que calza 39 femenino.


Y estos últimos datos los sé porque Alana sintió la necesidad de vulnerar aún más su privacidad y decirlo en Twitter hoy a eso de la 1:30 de la tarde, hora Colombia. Dijo que el miedo puede alterar las percepciones que tiene la gente sobre la realidad, y esto no ha sido un tweet fuera de contexto. El contexto es la controversia que han armado muchos hombres sobre su victoria en la pelea con Celine, que es una mujer cisgénero, es decir, su sexo es femenino y su género es mujer. 


El respetado colega, Piers Morgan, a quien he tomado como inspiración para escribir, ha sido de los primeros (si no el primero) en opinar sobre la desigualdad de género que hubo entre las luchadoras, y ha motivado al resto de hombres con su postura opositora, la cual me resulta irónica y contradictoria.


Durante toda la columna se refiere a McLaughlin como mujer y usa pronombres femeninos. Queda claro hasta este punto que, además de respetar los pronombres sugeridos por la luchadora, también le resulta obvio a la vista procesar que es una mujer a imagen y semejanza. Igualmente, se encarga de destacar sus logros en el servicio militar e hizo la tarea periodística de informarse sobre la vida personal de Alana y la dura relación con su familia religiosa. No obstante, nuestro autor en cuestión procede a opinar que nada de lo anterior justifica la paliza que dio en la noche del viernes 10 de septiembre.

“Fue obvio de inmediato que McLaughlin era demasiado fuerte, e igualmente obvio que esta fuerza vino de los 33 años que ella se la pasó como hombre biológico”

¿Pero por qué sigue utilizando el pronombre femenino si menciona que fue hombre biológico

Las personas transfobicas y homófobas tienen en común la obsesión por la Biología, he notado. No es una pasión, porque si les apasionara entender las ciencias detrás del ser humano sabrían que la biología misma desmiente la dependencia del género con los cromosomas sexuales, ya que esta tarea ha sido delegada a áreas más complejas como la Psicología y Neurología debido a que factores como el género, son constructos meramente sociales y requieren de estudiar más factores afuera del método científico. No es tan simple.


Alana McLaughlin inició tratamiento hormonal desde hace 5 años, al igual que las cirugías a las que se ha sometido para lograr tener el cuerpo con el que se identifica. Cuando hablamos de el cuerpo con el que se identifica, nos referimos a la persona y su disforia. No se trata de si el resto de mujeres cis se identifican físicamente con ella y mucho menos si los hombres la ven en la misma forma en la que suelen ver mujeres cis. Esto no es sobre nosotros, es sobre ella. De ella para ella sobre ella. 


Como si no fuese evidente que como mujeres cis ya somos lo suficientemente distintas entre nosotras. Diferentes estaturas, peso, musculatura, cuerpo, caderas, muslos, pechos, trasero, cabello, hasta diferentes formas de ombligo tenemos. Así que, ¡fuera esa idea de que las mujeres nos vemos de una sola forma!


Yo, mujer cisgénero, soy más alta que Alana, mido casi 180 cm y calzo 42, porque obviamente mi crecimiento óseo y desarrollo hormonal fue de acuerdo a mi genética, y el tamaño de mis miembros va de acuerdo a mi altura. No tengo pies grandes por ser mujer cis. Toda yo soy grande porque así crecí. Bien, lo que sucede con Alana y las personas trans en hormonas, generalmente, es sencillo de comprender de la siguiente forma. Al empezar a inyectarse estrógenos, cada mes, subiendo la dosis poco a poco, los niveles hormonales de testosterona entran en crisis existencial, se bloquean y ceden, dándole la bienvenida al crecimiento del tejido mamario y la disfunción eréctil, entre otros efectos y dependiendo del cuerpo. Es decir, hormonas para dummies, el cuerpo empieza una etapa de desarrollo tal cual adolescente.


Alana ya no tiene las mismas capacidades biológicas que un hombre cisgénero, porque ya no es la testosterona la que predomina en su interior. Incluso es visible si comparamos la famosa foto antigua que andan difundiendo tanto en Twitter de hace como una década atrás, con los videos actuales de Alana luchando. La musculatura no es la misma, su fuerza tampoco lo es. Ella no lo ha dicho, pero seguramente notó el cambio de fuerza y resistencia en cuanto empezó el tratamiento hormonal, por supuesto que el cambio de 360º la hizo sentir más agotada y debilitada, es algo nuevo. Esto es trabajo de las hormonas, no del género. 


No por ser mujeres cis significa que somos débiles. 


Esto es lo que me parece que el Sr. Morgan no investigó, falló como periodista al no investigar diferencias y similitudes entre mujeres cis y trans, y se dejó llevar por el sesgo de sus preferencias personales.


Ahora, y por último, qué irónico que se reúnan tantos hombres a señalar de injusto una pelea entre una mujer trans y una mujer cis. Es irónico porque lo que critican es que “como antes fue hombre” o “sigue siendo hombre biológico” pudo vencer a Celine fácilmente y por poco la mata


  • Hombres, están ignorando el hecho de que la mujer biológica fue la que decidió luchar contra McLaughlin. Nadie la obligó, es su deporte, es su trabajo, ella aceptó. Ella estaba enterada de con quién iba a pelear, no fue sorpresa, es un acuerdo mutuo consensuado. 


Juzgar a esta pelea como violenta no es válido porque nos llevaría a hacer lo mismo con el deporte entero y con otros como el boxeo. Pero ellos no quieren que les cancelen esos deportes, el problema no es la violencia, ¿entonces cuál es el problema? Dicen que es injusto porque fue un hombre contra una mujer, pero me pregunto si acaso implican que por ser mujer cis eso vuelve a Celine débil. Y, sin embargo, ella también reventó el rostro de Alana, pero nadie le da créditos al trabajo de Celine. Nunca se quedó quieta.

@AlanaFeral vía Twitter

Estos hombres se quejan de las injusticias de parte de la comunidad LGBT+ hacia las mujeres cis, pero difícilmente salen a defendernos cuando otros hombres nos violentan a diario. Me pregunto si se sienten exclusivos para hacerlo, porque cuando se trata de deportes mixtos, no falta el llamado satírico a las feministas alegando que fue competencia justa porque nosotras aceptamos en primer lugar.


La doble moral del machismo que solo quiere igualdad bajo los términos de lo heteronormativo.



Igualdad de Género, pero Con una Condición

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September 14, 2021

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Foto por Sarah Cervantes en Unsplash

Ayer el periodista Piers Morgan publicó una columna de opinión para Daily Mail Online en contra de la pelea de MMA que sucedió el viernes, entre Alana McLaughlin y Celine Provost, de la que Alana resultó ganadora y no por mucho, porque su contrincante dio mano firme hasta el final.


Desconozco algo que funcione sin filtros de género, raza o cultura. Uno creería que los deportes son la excepción porque son actividades o eventos que reúnen a todo tipo de personas sin importar qué. Pero, la realidad es diferente. De hecho, a mi ojo, los deportes son una de las cosas en las que más discriminación hay: por etnia, raza, nacionalidad, estatura, peso, necesidades especiales…, y sobre todo por sexo y género.


Es pertinente aclarar en primera instancia que el sexo se refiere a los genitales y el género a la identidad. 


Alana McLaughlin es una mujer trans, lo cual significa para el morbo de muchos que, efectivamente, nació con sexo masculino. Efectivamente, durante 33 años estuvo viviendo con sexo masculino sirviéndole nada más y nada menos que a la milicia en las Fuerzas Especiales para Hombres, “con barba y bigote” como dijo el Sr. Morgan en su columna. También, efectivamente, tenía el cuerpo musculoso, ágil y tatuado de un chico… que ahora, 5 años después, nada de eso importa porque tenemos enfrente a una mujer de 170 cm que calza 39 femenino.


Y estos últimos datos los sé porque Alana sintió la necesidad de vulnerar aún más su privacidad y decirlo en Twitter hoy a eso de la 1:30 de la tarde, hora Colombia. Dijo que el miedo puede alterar las percepciones que tiene la gente sobre la realidad, y esto no ha sido un tweet fuera de contexto. El contexto es la controversia que han armado muchos hombres sobre su victoria en la pelea con Celine, que es una mujer cisgénero, es decir, su sexo es femenino y su género es mujer. 


El respetado colega, Piers Morgan, a quien he tomado como inspiración para escribir, ha sido de los primeros (si no el primero) en opinar sobre la desigualdad de género que hubo entre las luchadoras, y ha motivado al resto de hombres con su postura opositora, la cual me resulta irónica y contradictoria.


Durante toda la columna se refiere a McLaughlin como mujer y usa pronombres femeninos. Queda claro hasta este punto que, además de respetar los pronombres sugeridos por la luchadora, también le resulta obvio a la vista procesar que es una mujer a imagen y semejanza. Igualmente, se encarga de destacar sus logros en el servicio militar e hizo la tarea periodística de informarse sobre la vida personal de Alana y la dura relación con su familia religiosa. No obstante, nuestro autor en cuestión procede a opinar que nada de lo anterior justifica la paliza que dio en la noche del viernes 10 de septiembre.

“Fue obvio de inmediato que McLaughlin era demasiado fuerte, e igualmente obvio que esta fuerza vino de los 33 años que ella se la pasó como hombre biológico”

¿Pero por qué sigue utilizando el pronombre femenino si menciona que fue hombre biológico

Las personas transfobicas y homófobas tienen en común la obsesión por la Biología, he notado. No es una pasión, porque si les apasionara entender las ciencias detrás del ser humano sabrían que la biología misma desmiente la dependencia del género con los cromosomas sexuales, ya que esta tarea ha sido delegada a áreas más complejas como la Psicología y Neurología debido a que factores como el género, son constructos meramente sociales y requieren de estudiar más factores afuera del método científico. No es tan simple.


Alana McLaughlin inició tratamiento hormonal desde hace 5 años, al igual que las cirugías a las que se ha sometido para lograr tener el cuerpo con el que se identifica. Cuando hablamos de el cuerpo con el que se identifica, nos referimos a la persona y su disforia. No se trata de si el resto de mujeres cis se identifican físicamente con ella y mucho menos si los hombres la ven en la misma forma en la que suelen ver mujeres cis. Esto no es sobre nosotros, es sobre ella. De ella para ella sobre ella. 


Como si no fuese evidente que como mujeres cis ya somos lo suficientemente distintas entre nosotras. Diferentes estaturas, peso, musculatura, cuerpo, caderas, muslos, pechos, trasero, cabello, hasta diferentes formas de ombligo tenemos. Así que, ¡fuera esa idea de que las mujeres nos vemos de una sola forma!


Yo, mujer cisgénero, soy más alta que Alana, mido casi 180 cm y calzo 42, porque obviamente mi crecimiento óseo y desarrollo hormonal fue de acuerdo a mi genética, y el tamaño de mis miembros va de acuerdo a mi altura. No tengo pies grandes por ser mujer cis. Toda yo soy grande porque así crecí. Bien, lo que sucede con Alana y las personas trans en hormonas, generalmente, es sencillo de comprender de la siguiente forma. Al empezar a inyectarse estrógenos, cada mes, subiendo la dosis poco a poco, los niveles hormonales de testosterona entran en crisis existencial, se bloquean y ceden, dándole la bienvenida al crecimiento del tejido mamario y la disfunción eréctil, entre otros efectos y dependiendo del cuerpo. Es decir, hormonas para dummies, el cuerpo empieza una etapa de desarrollo tal cual adolescente.


Alana ya no tiene las mismas capacidades biológicas que un hombre cisgénero, porque ya no es la testosterona la que predomina en su interior. Incluso es visible si comparamos la famosa foto antigua que andan difundiendo tanto en Twitter de hace como una década atrás, con los videos actuales de Alana luchando. La musculatura no es la misma, su fuerza tampoco lo es. Ella no lo ha dicho, pero seguramente notó el cambio de fuerza y resistencia en cuanto empezó el tratamiento hormonal, por supuesto que el cambio de 360º la hizo sentir más agotada y debilitada, es algo nuevo. Esto es trabajo de las hormonas, no del género. 


No por ser mujeres cis significa que somos débiles. 


Esto es lo que me parece que el Sr. Morgan no investigó, falló como periodista al no investigar diferencias y similitudes entre mujeres cis y trans, y se dejó llevar por el sesgo de sus preferencias personales.


Ahora, y por último, qué irónico que se reúnan tantos hombres a señalar de injusto una pelea entre una mujer trans y una mujer cis. Es irónico porque lo que critican es que “como antes fue hombre” o “sigue siendo hombre biológico” pudo vencer a Celine fácilmente y por poco la mata


  • Hombres, están ignorando el hecho de que la mujer biológica fue la que decidió luchar contra McLaughlin. Nadie la obligó, es su deporte, es su trabajo, ella aceptó. Ella estaba enterada de con quién iba a pelear, no fue sorpresa, es un acuerdo mutuo consensuado. 


Juzgar a esta pelea como violenta no es válido porque nos llevaría a hacer lo mismo con el deporte entero y con otros como el boxeo. Pero ellos no quieren que les cancelen esos deportes, el problema no es la violencia, ¿entonces cuál es el problema? Dicen que es injusto porque fue un hombre contra una mujer, pero me pregunto si acaso implican que por ser mujer cis eso vuelve a Celine débil. Y, sin embargo, ella también reventó el rostro de Alana, pero nadie le da créditos al trabajo de Celine. Nunca se quedó quieta.

@AlanaFeral vía Twitter

Estos hombres se quejan de las injusticias de parte de la comunidad LGBT+ hacia las mujeres cis, pero difícilmente salen a defendernos cuando otros hombres nos violentan a diario. Me pregunto si se sienten exclusivos para hacerlo, porque cuando se trata de deportes mixtos, no falta el llamado satírico a las feministas alegando que fue competencia justa porque nosotras aceptamos en primer lugar.


La doble moral del machismo que solo quiere igualdad bajo los términos de lo heteronormativo.



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