La música nos hace soñar y nos transporta. Ha sido percibida como hipnotizante y encantadora. Pero, es también un área históricamente masculina, a pesar de que podemos encontrar hoy en día varias artistas en la industria musical. Hace unos siglos aprender música, estaba reservado sobre todo para las mujeres de la alta sociedad quienes debían saber cómo divertir a sus esposos con sus tonadas. La historia ha olvidado mencionar por ejemplo a María Anna Mozart, hermana del reconocido compositor, a quién él admiraba por tu talento musical, y quién después de casada no pudo volver a tocar en público. También está la teoría sobre Clara Schumann, la esposa del famoso pianista Franz Liszt, se dice que era ella quién escribía la mayor parte de composiciones que se atribuyen a su esposo.
La industria musical del entretenimiento no se queda atrás. Los estándares de belleza estrictos, que muchas veces hypersexualizan y siempre objetivizan a las mujeres, no se han alejado de las prácticas musicales. Para ser exitosas, muchas mujeres deben vestirse de maneras sugerentes, tener una figura específica y moverse evocando posiciones que hemos relacionado con el acto sexual para que se perciba que tienen “presencia escénica”. La sexualidad no debería ser a un elemento prohibido para las personas que se identifican como mujeres, sin embargo no debería ser la medición del talento musical.
Para el 2017, la escuela de periodismo de la universidad de California estudió 600 canciones que aparecieron en la lista Bilboard Hot 100, donde sólo un 16,8% de las artistas eran mujeres, mientras el 83,2% eran hombres. En Latinoamérica no nos quedamos atrás, el equipo de Ruidosa Fest analizó 66 festivales desde el 2017 a la primera mitad del 2018 y la presencia de mujeres no superó el 10,1%, que aumentaba de algún modo al hablar de grupos mixtos a un 22,5%. No es un secreto que en lugares como Argentina, Bolivia y Chile, hay mujeres dentro de la industria pop que han creado su plataforma, o utilizado la que ya tienen, para llamar la atención sobre las inequidades de género que se presentan, como es el caso de Miss Bolivia, Mon Laferte, o la misma Lali Espósito. Sin embargo, el equipo de Ruidosa Fest, también identificó que en el análisis de Chile, Colombia, México y Argentina, este último era el que presentaba menor participación de mujeres, sin decir que los otros tres estén mucho mejor.
Debido a esto, en el año 2016 la brasilera Deh Mussulini, buscando romper el imaginario de que hay pocas mujeres compositoras creó el hashtag #mulherescriando. A partir de ahí nació el festival Internacional Sonora. En el 2017 se realiza la segunda edición en Brasil y empieza a expandirse alrededor del mundo de voz en voz llegando a Colombia. Para el 2018, Sonora llegó a contar con presencia en 74 ciudades de 16 países, entre ellos: Brasil, Colombia, Ecuador, Argentina, Chile, Costa Rica, España, Estados Unidos, Irlanda, Marruecos, Mozambique, Portugal, Uruguay, Zimbabue y Suiza, cada ciudad con su equipo de gestoras a nivel local.
Este año 2020 tendrá su cuarta versión en la ciudad de Bogotá, donde buscamos visibilizar y promover la presencia de la mujer compositora a través de la creación de espacios de conversación y muestras artísticas que permitan fortalecer el tejido de redes de sororidad del talento femenino en Bogotá y el país. El escenario de Sonora está abierto tanto para artistas emergentes como artistas con trayectoria internacional.