Durante veinteminutos, nos muestra la magia detrás de las drag queen, su humanidad y la reivindicación de una identidad más allá del arte.
El tick-tack de unos tacones, el zip de una cremallera y el click de productos de maquillaje abriendo y cerrándose son los sonidos que escucha toda drag queen en preparación para su presentación. También es lo que escuchamos en el documental Entre la Barba y el Labial. En este corto, nos adentramos y vivimos un pequeño pedazo del mundo del drag en la capital colombiana.
Estrenado el 27 de noviembre del 2019, el documental salió desde las aulas de la Universidad de la Sabana y llegó a festivales alrededor de Latinoamérica, siendo parte de la selección oficial del Festival Internacional de Bogotá del pasado 2020.
La producción sigue el testimonio de la reconocida Lesley Wolf, una de las principales representantes de la escena Drag Queen en Colombia. Mientras se maquilla, comparte sus reflexiones sobre el origen del drag, lo que acarrea ser parte de esta cultura en Colombia y la enorme responsabilidad de las nuevas generaciones para expandir este horizonte. “Somos un producto de cosas que vienen atrás”, afirma Wolf, “a eso es lo que le debemos también un poco de respeto”.
Para Santiago Montiel, director del documental, el principal objetivo de este cortometraje es dar a entender que, tras el discurso de aceptación y diversidad, está la plena humanidad de cada personaje. Detrás del maquillaje hay una persona con sueños, metas, tribulaciones personales, que, en el escenario, se canalizan en arte.
Santiago continúa: “Y más que arte, el drag es un acto político. Ser una persona gay requiere valentía, como ir de la mano con tu pareja en un país conservador sin miedo al que dirán. Pero una persona que hace drag, le da la vuelta a estos preconceptos de lo masculino o lo femenino que aún tiene la sociedad”.
El valor de mostrarse tal cual uno es, usar el cuerpo como un lienzo vivo, es un desafìo que pone a prueba las mentes cuadriculadas. Como también es un paso macanudo en el inevitable camino hacia la diversidad en Colombia.
Tan sólo unos años atrás el drag no era parte del ojo público en el país. De hecho, los espacios se limitaban a la noche, a los clubes. Pero hoy, en el 2021, el arte disidente no sólo está presente en muchos lugares, sino que continúa abriendo puertas y espacios para nuevos artistas.
Así mismo, Montiel tiene más proyectos en el horizonte, de manera que “pueda retratar más realidades y hacer mi parte como realizador audiovisual”. En ese sentido, temáticas como las violencias en contra de la comunidad trans, están próximos a ser capturados por su lente.
“La comunidad LGBT debe estar unida”, expresa el director, reflexionando frente a los aprendizajes que le trajo el proyecto de Entre la Barba y el Labial, “construirnos, en vez de destruirnos, y continuar creciendo”. En un momento histórico en el que la liberación del cuerpo y los sentimientos tienen el color del arcoiris, la unión es clave.
Como bien dice Lesley Wolf finalizando este fenomenal corto, “qué buen tiempo para ser marica y estar vivo en Colombia”.