Ante la venda cultural que nos ha cercenado la religión, los medios, las redes sociales y las posiciones familiares que nos ha inculcado nuestras generaciones, es hora de despojarse flemáticamente de nuestros ojos y divisar uno de los panoramas que hacen eco en nuestra permeada sociedad.
Por estos días, un polémico tema ha causado un centenar de controversias que está haciendo eco en nuestros tímpanos dejando un agrio e inexplicable sabor: la participación de miss España al reinado de miss universo. Como si vociferar y discrepar de este tipo de eventos no fueran suficientes, el peso que ejerce en la manipulación de estereotipos y virtud de las aspirantes a este anhelado atril, se le adiciona un insólito suceso que apunta a la honorabilidad de este certamen: una mujer transgénero representará a la madre patria en miss universo. Qué escándalo.
Se define como transexual el cambio anatómico al sexo opuesto donde se reasigne un nuevo aparato reproductor. Por ende, es el reconocimiento legal de una nueva identidad. Angela María Ponce es la mujer transexual sevillana que impuso en su torso de reina y mujer la banda de inclusión, vulnerabilidad y diversidad.
Seguido de los escándalos que esta candidata despertó entre los seguidores de este magno acontecimiento, ella, alevosa, decide penetrar este mundo perplejo, machista, retrógrado y estrafalario. Pues bien, su nueva identidad ha agrietado esos perjuicios repletos de estigmatización y discriminación. Ella, la mujer que carece de ovarios, pero que su anatomía le dio la oportunidad de ser mujer y sentirse mujer. Ella, la imponente hembra que hace apatía al bullying, los prejuicios y las aborrecidas y adheridas ofuscaciones. Ella, la que retoza en el desdibujado y marginado mundo de los transexuales.
Del mismo modo, esta representante es uno de los referentes álgidos que simboliza la afamada, controversial, aplaudida y extensa comunidad LGBTI, pues la posición que concede a esta representante es visibilizar los derechos de esta vulnerada población. En representación de la diversidad sexual, esta activista es el ímpetu aglomerado de inclusión, respeto, tolerancia y orgullo por representar una realidad que muchos intentan ocultar.
Ante este alud repleto de emociones sensoriales, esta reina de belleza hace catarsis en los enardecidos y estrafalarios prejuicios que han opacado la igualdad. No obstante, mujeres transexuales han dejado un legado inmarcesible que han resaltado la identidad de género y la equidad. Entre ellas cabe mencionar a Carla Antonelli, Lili Elbe, Bibiana Fernández, etc.
Ahora bien, para conferir un título de belleza femenina calificando la elegancia, inteligencia y personalidad, basta con descifrar la verdadera perfección que rompe el paradigma de ostentar las delineadas y exigentes curvas, porque si se trata de evaluar estos conceptos, la preciosidad femenina jamás sería idealizada por un útero.