En esta última emisión de Mujeres que Impactan, la salvadoreña Katya Sifontes nos habla desde su posición como docente la importancia de una educación integral para un efectivo empoderamiento femenino e igualdad de género.

Una de las mayores problemáticas que podemos identificar en la sociedad actual es la escasez de una educación eficiente y efectiva para con los niños y niñas que son nuestro futuro, sobre todo desde el sector público. Katya Sifontes, docente e internacionalista, se ha enfocado en otorgar a sus estudiantes las herramientas necesarias para navegar por un mundo en el que todavía se deben enfrentar a la disparidad de género y la discriminación. “Mi objetivo es luchar por que haya más personas que se basen en la igualdad de género”, cuenta, “que puedan respetar a otra persona como ser humano”.

Como señala la docente, en latinoamérica predomina una cultura que, en vez de apoyar a la mujer, la destruye y, de esta misma manera, acepta y normaliza esta destrucción. Esto lo conoció de primera mano, al experimentar el rechazo que generó su embarazo adolescente. Pues la cultura latina condena este tipo de situaciones, culpabilizando sólamente a la mujer por algo que es responsabilidad de ambas personas involucradas.

“Se nos enseña que este tipo de cosas acaba con nuestras vidas”, reflexiona Katya, “pero no es así”. A pesar de que la internacionalista se vio en esta situación y todo lo que más adelante acarreó, no dejó que obstaculizara su deseo por salir adelante, pues su condición no significaba que no podía tener aspiraciones profesionales ni personales. Así que comenzó a escribir.

El 8 de marzo de la pandemia, Katya decidió comenzar su blog “Serendipiteando”, un espacio donde genera artículos, desde su punto de vista, respecto a temáticas como la igualdad de género, el deficiente sistema de educación pública de El Salvador, el amor romántico y la necesidad de desarrollo personal por medio del trabajo de habilidades blandas.

Así mismo, ella decidió articularse a la Red Mundial de Mujeres Emprendedoras Constructoras De Paz, donde ha encontrado amistades que la apoyan de manera que sabe que no está sola. En esta agrupación, que inició este pasado noviembre, consta de 30 mujeres que son emprendedoras, educadoras y, sobre todo, luchadoras. La sororidad, como descubrió la docente, consiste en empoderar a otras mujeres, apalancarse las unas a las otras en sus proyectos y emprendimientos, de manera que nos construimos y dejamos el ejemplo a las futuras generaciones.

Pues, para la educadora es esencial comenzar desde el ejemplo, considera que puede disminuir significativamente la violencia de género con una buena educación, sobre todo desde temprana edad. “La educación empodera a las mujeres”, señala,  “porque ayuda a reconocer nuestras habilidades y también reconocer señales de abuso o violencia”.

La deconstrucción de la validez del abuso económico, físico, psicológico comienza desde una educación integral que impulse a la juventud a convertirse en personas integrales, que reconozcan su propio valor y cualidades para no permitir más violencias y normalización de este tipo de comportamientos. Katya sueña con una generación futura que rete esta cultura de aceptación del abuso, y logre enfrentarse a ella por medio de aprendizajes de habilidades blandas como la resolución conflictos, el manejo del estrés y la inteligencia emocional.

“Mi consejo a la juventud es desarrollar estas habilidades y emprender,” declara la docente, “es necesario para enfrentarse a diversas situaciones de la vida”. Como también aclara que no necesariamente es tarde para aquellas personas que han atravesado la juventud y sus diversas etapas de vida, pues siempre estamos en un constante desarrollo.

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