La actividad física elimina toxinas, despeja la mente, ayuda al metabolismo, pero lo mejor es la liberación de bailar sin límites o control. Debemos descargar las fuertes energías que nos llegan a diario por distintas vías y la mejor forma es expresar los movimientos.
El baile es considerado la redención de espiritual de la musculatura, implica el movimiento del cuerpo y sus extremidades como brazos, manos, piernas y pies. No importa si es siguiendo o no el ritmo de la música, ya que bailar puede ser incluso sin música.
Incluso, según la Federación Mundial de Sordos, las personas sordas pueden experimentar la vibración sonora en el cuerpo. Los deficientes auditivos no "oyen" como el resto de las personas, pero sí perciben las vibraciones y sensaciones acústicas.
La historia del baile viene desde tiempo atrás, desde las pinturas rupestres que se relacionaban con un carácter religioso en función de lograr un objetivo específico, como por ejemplo realizarle un baile al sol, a la luna, a la lluvia de acuerdo a cada cultura. Desde tiempo atrás ha sido la humanidad ha tenido la necesidad de comunicarse corporalmente, con movimiento que expresen sentimientos y estados de ánimo.
Además, las danzas y bailes tradicionales también se relacionan con las guerras, la fecundidad, la muerte y nacimientos entre otros símbolos de la humanidad expresados en movimientos y ritos.
El baile y la danza han sido un acto de socialización en todas las culturas, realizado con múltiples vías de expresión. Por su carácter efímero resulta prácticamente imposible situar su origen en el espacio y en el tiempo, ya que solo es conocido por testimonios escritos o artísticos (pintura y escultura), los cuales comienzan con las civilizaciones clásicas hasta lo contemporáneo (Egipto, Grecia, Roma, Edad Media, Renacimiento, Barroco, Romanticismo, Danza contemporánea).
Una gran forma de expresión corporal es el baile, en pista, en casa, en la calle, frente al espejo, no hay norma que establezca dónde se puede uno mover. Lo importante es transmitir un mensaje a través del movimiento. Hay muchos ritmos de música para bailar, así como una cantidad de movimientos por explorar.
“La danza es la manifestación de una expresión espontánea individual desde sus orígenes, y antes de ser una forma de arte, fue una expresión espontánea de la vida colectiva. La danza manifiesta un estado vivido. Es una comunicación viva y natural del bailarín que no está condicionado por movimientos rígidos e impuestos por un agente externo, de tal modo que el observador puede percibir esa descarga de energía en afectos, emociones y sentimientos”.
El baile responde a la necesidad de los seres humanos de crear con su cuerpo una secuencia de imágenes y percepciones en sí mismos y en los demás para dar a entender una idea o representación. De esta manera, el baile también ha estado asociado con un juego de roles. Es decir, la mayoría de bailes tienen personificación el hombre y la mujer como pareja y por eso, cuando este juego de roles no es el usual, es visto de manera diferente.
Por eso, no hay que tener límites de ningún tipo al querer reflejar sentimientos, personalidades, saberes, culturas, lenguajes y expresiones. Me refiero a que el baile es un momento que todos deberíamos aprovechar para liberarnos y ser nosotros mismos. La igualdad y diversidad empieza desde la libertad, por eso movamos el cuerpo sin temor, reflejemos los movimientos y así construimos una protesta social.