“El silencio de la inocente
Es el calabozo en donde se esconde
Su historia y su dura verdad”
Una historia de inocentes y monstruos...
Un silencio atormentador invade la historia de la pequeña Sara Sofía, ¿quien la escuchó? No la escuchó su madre, ni su familia, tampoco la sociedad, ni siquiera la escuchó la policía. En silencio transcurre el tiempo ¿cuál es la verdad? ¿dónde pasa sus noches y sus días? El silencio puede ser macabro.
Sus ojos hablan, su cuerpo cuenta una historia de violencia y su alma grita, ¿Cuántas cosas vio? ¿cuántas heridas? ¿cuánta tristeza? El silencio sigue, no hay un rastro, solo una tormenta mediática que escarba en el pasado, pero cuyo único presente es que se encuentra desaparecida. En los estrados llora la fiscalía. Angustiante silencio de verdades a medias.
Tan pequeña y vulnerada, vivió con monstruos que hoy quieren esconder una verdad, valiéndose del silencio. Saben que ella no puede hablar, y por eso prefieren callar lo que realmente pasó. Pero ese silencio de la inocente hoy grita y quiere contarle al mundo la crueldad contra la niñez. Hay monstruos que quieren silenciar a inocentes.
El silencio de la inocente es sin duda el calabozo donde se esconde una dramática verdad, la de miles de niños y niñas que no pueden hablar y que hoy sufren toda clase de agresiones físicas, psicológicas y sexuales. Esa verdad debería ser la eterna prisión de las monstruosidades. La historia de Sara Sofía no es aislada, es hora de dejar de callar. Es tiempo de romper con la indiferencia y el silencio cómplice.
Ojalá, que cuando se rompa el silencio y la inocente por fin grité, lo haga para vivir una vida libre de violencias y no para contarle al mundo la historia de otro infanticidio femenino o de abuso contra la niñez. El silencio de la inocente es una historia que no se puede repetir. El Estado, la sociedad y las familias deben escuchar este llamado.
#HastaEncontrarla
#NoMásSilencio
Te esperamos Sara Sofía.