Cada día nos bombardean con las noticias de masacres, asesinatos, desplazamientos, desapariciones, secuestros, feminicidios, infanticidios, maltrato animal y contaminación ambiental, parece que la sociedad se acostumbró a las escenas de barbarie; es como si existieran personas empecinadas en destruir el amor, y dar golpes directos al corazón. 

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George Orwell, decía “temen al amor porque crea un mundo que no pueden controlar”, precisamente, es por mantener el poder, que prefieren los discursos del odio, la política del miedo, la cultura de la muerte, la exacerbación de la violencia, la supresión de libertades, el imperio de los prejuicios y la dominación de mentes. Así, han logrado desensibilizar a la sociedad, y alienar a la población, poco a poco asistimos a las exequias del asombro por cuenta de la falta de amor.

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Por ende, los ismos negativos se basan en la difusión del odio: el esclavismo contra la población afro, racismo contra comunidades étnicas, patriarcalismo contra las mujeres, clasismo contra las clases menos favorecidas, autoritarismo contra el pueblo, belicismo contra las personas pacíficas, moralismo contra las comunidades diversas, colonialismo contra pueblos ancestrales y extractivismo contra el medio ambiente.

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Por su parte los movimientos anti, lograron con amor una serie de derechos, por amor a la libertad, a la igualdad, a la justicia social, a la paz, al respeto por la diferencia y al medio ambiente; por amor  a la pertenencia étnica,  al rol de las mujeres, al pueblo, a la diversidad y  al territorio.  Sin embargo, por su amor los movimientos  anti racistas,  anti autoritaristas, anti extractivistas, anti belicistas y anti patriarcalistas, han sufrido la estigmatanza, de quienes siguen con interés en mantener políticas de odio y de barbarie.

Para acabar con los dispositivos de poder como el racismo, la esclavitud, la violencia de género, la desigualdad social, la guerra y la discriminación se necesita del amor; para salvar la vida, la paz, la naturaleza, y la esperanza, se necesita del amor; para salvarnos a nosotras y nosotros necesitamos del amor. Un mundo que se acostumbra a la violencia es un mundo sin amor.

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La indiferencia es un síntoma del odio, el ensimismamiento es el mal de nuestros tiempos y la alienación sistemática es una enfermedad social; el sentido crítico social es un síntoma del amor, liberarse de la abstracción es una hermosa subversión del orden opresor y desalienarse es un acto curativo y  libertario.

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El amor en tiempos violentos es como una flor en medio del desierto; amar con intensidad es valentía: ama la vida, aunque parezca pérdida; ama lo que te rodea, aunque parezca que no tiene sentido; ama quién eres, aunque hay quienes no quieran dejarte ser tú mismo o tú misma. Sólo el amor, es capaz de curar el alma; es capaz de construir donde sólo hay destrucción; es capaz de abrigar donde sólo hay desolación; sólo el amor, es capaz de levantarnos del dolor. 

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AMA, SIN AMOR NO HAY VIDA

AMAR CON INTENSIDAD ES VALENTÍA.

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