Existe una falta de información en el uso de los métodos anticonceptivos. Tras una exahustiva investigación sobre los métodos anticonceptivos, los tipos que existen, su eficacia, su uso y sus efectos secundarios, me di cuenta de que estaba frente a una realidad inmensamente injusta para la mujer. La medicina, aparentemente equitativa para ambos sexos es tremendamente injusta con el cuerpo de la mujer.
Actualmente existen trece métodos anticonceptivos en el mercado; de esos trece, solo uno, es para el hombre y curiosamente afecta también a la calidad sexual de la mujer. El resto de anticonceptivos son de uso exclusivo para mujeres.
Pero, ¿Son los trece métodos anticonceptivos existentes altamente recomendables para la mujer? Actualmente se vende como método infalible, como solución a una posible concepción no deseada, pero, ¿somos del todo conscientes de lo que implica utilizar métodos anticonceptivos? ¿Cómo afecta a la ciclicidad, al cuerpo y a la salud mental? Si tuviésemos acceso a más información nos daríamos cuenta de que la solución no es tan maravillosa como se le ha hecho creer a la mujer.
La mayoría de las mujeres cuando ya están en edad fértil y mantienen asiduamente relaciones sexuales buscan qué métodos anticonceptivos utilizar. Normalmente acuden al ginecólogo y este, por lo general, les receta un preparado combinado, es decir, una mezcla entre estrógenos y progestágenos. Las mujeres confiando en la profesionalidad del médico comienzan su tratamiento, este les permite disfrutar de su sexualidad sin llevarse sustos de embarazos no deseados.
La cuestión es la siguiente, ¿Sabemos exactamente qué son los métodos anticonceptivos? ¿De qué modo afectan a nuestro organismo? ¿Cómo previenen el embarazo? Por lo general, no. Cumplen el objetivo, que es no quedarse embarazada. Y todo lo demás da igual.
Hagamos un rápido repaso a los métodos anticonceptivos que existen en el mercado, actualmente.
Existen varias categorías de anticonceptivos.
Preparados combinados con estrógenos y progestágenos: Píldora anticonceptiva, parche anticonceptivo transdérmico, anillo vaginal.
Preparados con solo progestágenos, sin estrógenos: Inyección anticonceptiva, Implante subcutáneo, DIU hormonal, mini píldora, píldora sin estrógenos.
Anticonceptivos sin hormonas: Preservativo, DIU de cobre, método sintotérmico.
Anticonceptivos de emergencia: DIU de cobre, píldora del día después.
Los anticonceptivos hormonales detienen totalmente el ciclo menstrual. Los progestágenos son la versión sintética de la progesterona que produce el cuerpo. El objetivo de los progestágenos es detener la ovulación. Sin ovulación no hay posibilidad de fecundación. El uso de anticonceptivos hormonales es comparable con estar embarazada. Porque durante el embarazo se detiene el ciclo menstrual y mientras tomamos anticonceptivos hormonales, también. Cambian radicalmente tu estado natural.
La progesterona natural que crea nuestro organismo es la responsable de la pausa del ciclo menstrual durante el embarazo. Esta hormona es la encargada de decirle a la hipófisis del cerebro que no produzca FSH y LH, las hormonas encargadas de liberar el óvulo en el ciclo menstrual. Sin FSH no hay fase folicular y sin LH no hay ovulación.
Por lo tanto, se puede decir que los anticonceptivos engañan al cuerpo para que crea que está en estado de gestación.
Los estrógenos no son recomendables para muchas mujeres. No todas las mujeres pueden consumir estrógeno y lo peor es que no lo saben hasta un tiempo después de probar un tratamiento hormonal. La única ventaja de tomar anticonceptivos con estrógenos es que se puede calcular cuándo tener “sangrado”, porque con la píldora hormonal no se tiene la regla, se tiene, el poco conocido, sangrado de abstinencia.
Por el contrario, los anticonceptivos sin hormonas no son tan fiables. El método natural o sintotérmico conlleva muchos parámetros y exige demasiado conocimiento de nuestro cuerpo y mucho tiempo. Por lo tanto, no es viable para un gran porcentaje de mujeres. El DIU de cobre puede tener unos sangrados muy extensos y muy inestables. Así como grandes dolores equiparables a los dolores menstruales. Hay hombres que se niegan al uso del preservativo alegando que es desagradable y que no disfrutan de la experiencia al cien por cien, por lo tanto a muchas parejas les resulta incómodo utilizar este método.
Con lo avanzada que está la medicina, la inversión en ensayos clínicos y las mejoras de los anticonceptivos que hay, yo me pregunté: ¿cómo puede ser que no hayan inventado la píldora masculina? Me llevé una sorpresa cuando descubrí que si existía, se llama undecanoato de dimetandrolona (DMAU). Es un combinado de hormonas femeninas y funciona disminuyendo la cantidad de testosterona, influyendo en la fertilidad del hombre. Pero no se comercializa por los efectos secundarios adversos que tiene, que son los mismos o incluso menores que las píldoras hormonales para la mujer: disminución de la líbido, cambio en el carácter y acné. Una vez más, a las mujeres les toca el papel de sufrir.