El miércoles 1 de septiembre comenzó a correr rápidamente por la red social Twitter un hilo en el que una egresada expone el contenido de un boletín de parte del colegio San Mateo Apóstol de Bogotá, Colombia, el cual contenía un instructivo sobre lo que en este se aprende y lo que no.
“¿Qué clase de colegio se ufana de no enseñar sobre sexo?, ¿Qué clase de colegio censura abiertamente temas sociales e históricos?” comenta Natalia Gómez en su tweet.
Por esta imagen y su contenido excluyente y sesgado, un grupo de alrededor 200 ex alumnos juntaron firmas en una carta de rechazo al comunicado enviado por la institución educativa el 24 de agosto.
En la carta, también compartida en el hilo, los jóvenes enumeran consideraciones que el colegio no tuvo en cuenta a la hora de crear y difundir la newsletter a toda su comunidad. Entre los puntos que destacan se cita:
- Una educación integral, promover el pensamiento crítico de los estudiantes, especialmente en historia, filosofía y cátedra de paz.
- Incumplimiento a la Ley 1874 de 2017: “Desarrollar el pensamiento crítico a través de la comprensión de los procesos históricos y sociales de nuestro país, en el contexto americano y mundial”.
- Resolución 3353 de 1993 del Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN): “Obligatoriedad de la Educación Sexual en todas las Instituciones educativas del país”.
- Ley 115 de Febrero 8 de 1994, artículo 14: “Ratifica la obligatoriedad a la Educación Sexual”.
- Literal d) del artículo 14, Ley 115 de 1994: Enseñanza obligatoria de la educación sexual en los niveles preescolar, básica y media, según las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de las niñas, niños y adolescentes de acuerdo a sus edades.
- Ley 599 del 2000, artículo 134A: Actos discriminatorios.
Como se observa en la imagen de la izquierda, en la que la institución menciona lo que no enseñan ni apoyan, resaltan que “con lo que se aprende en casa se respeta al individuo, se respeta la vida, la libertad y la propiedad de todos”. Esta afirmación ha dejado a la libre interpretación implícita de responsabilizar únicamente a los padres de familia y tutores legales de los estudiantes en la formación integral sobre la diversidad, la vida y sociedad.
Además, en la carta de rechazo hacia el polémico comunicado los egresados citan la Visión de la institución, en la cual afirman estar comprometidos con una educación global, sostenible e incluyente, lo cual estarían incumpliendo con una prominente contradicción según lo difundido en el correo interno.
En el mismo hilo, la exalumna Gómez reitera que el colegio se retracte y aclare la forma en la que están brindando educación, y abre debate preguntándole a los usuarios si ellos también recibieron educación excluyente en sus colegios e invita a reflexionar sobre lo que como sociedad se puede hacer para evitar que este tipo de iniciativas y discursos discriminatorios y de censura no se sigan dando.
“Creemos firmemente que esta publicación va en contra del derecho a la educación y el libre desarrollo de la personalidad y dignidad humana” señalan en la carta.
Las respuestas de parte de los usuarios son variadas y algunos afirman que los colegios “deben tener libertad de cátedra” y que son los estudiantes quienes deben decidir si recibir esa educación o no.
En respuesta a la controversia, el representante a la Cámara, Mauricio Toro, le solicitó a la Secretaría de Bogotá que investigara al colegio San Mateo y lo sancionara por violación a la Ley 120 Educación para la Sexualidad y Prevención de Violencia Escolar.
Por otro lado, de parte del colegio se ha pronunciado el grupo educativo Inspired con la junta directiva, afirmando que a los estudiantes les inculcan igualdad y respeto sin importar raza, género, etnia, orientación sexual, creencias religiosas o ideología política, y que toda insinuación que contradiga estos valores es un acto inaceptable.