El 10 de diciembre de 1911, Marie Curie recibía el premio Nobel de química por “los servicios para el desarrollo de la química mediante el descubrimiento de los elementos radio y polonio”. Fue la primera mujer en recibir un premio Nobel y la primera persona en recibir dos (ella, Pierre Curie y Henri Becquerel habían compartido el premio de física de 1903 por su trabajo sobre la radiación). El impacto de Marie en el mundo científico, y en el papel de las mujeres en él, fue de tal magnitud que uno de los cuatro objetivos del Año Internacional de la Química 2011 (IYC2011) fue celebrar el centenario de su premio. Con esta entrada Experientia docet le rendía homenaje e inauguraba la serie Químicos Modernos que con motivo del IYC2011 dedicó a los grandes personajes, muchos desconocidos, de la química del último siglo y medio.
Maria Salomea Sklodowska nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia (Polonia). Sus padres eran ambos maestros (su madre murió cuando ella tenía 10 años) que supieron educar y motivar excepcionalmente a su hija. En aquella época Polonia era un estado súbdito de Rusia y las mujeres no tenían acceso a la educación superior, por lo que en 1891 María decidió unirse a su hermana Bronia en París, matriculándose en la Universidad de la Sorbona. Marie, ya con su nombre afrancesado, recibió sus títulos en física en 1893 y matemáticas en 1894 con calificaciones extraordinarias. La historia de cómo Marie llegó a titularse con 27 años en un país que no era el suyo, en un idioma que no era el suyo y teniendo que trabajar para sobrevivir nos habla ya de la extraordinaria mujer que era.
A Marie se le concedió una habitación húmeda de la ESPCI para su investigación de doctorado. Allí pudo analizar toda una variedad de materiales inorgánicos, de entre los que el uranio y el torio eran los únicos elementos conocidos entonces que presentaban radioactividad. Sus muestras las colocó en una placa de condensador cargada hasta 100 V y unida a uno de los electrómetros de Pierre, pudiendo de esta forma medir cuantitativamente su radioactividad. Encontró que los minerales pechblenda (UO2) y torbernita (Cu(UO2)2(PO4)2·12H2O) eran más radioactivos que el uranio puro, de lo que dedujo que debían contener otros constituyentes aún más radioactivos. El 12 de abril de 1898 Marie presentó sus primeros resultados: “estos minerales podrían contener un elemento que sea mucho más activo que el uranio”. Pierre y ella decidieron que ella se concentraría en los aspectos químicos del aislamiento del elemento, mientras que el estudiaría sus “propiedades radiativas”.
Marie pasó a ocupar la cátedra de la Sorbona de Pierre, convirtiéndose así en la primera catedrática de Francia. Ese mismo año Lord Kelvin escribió en el periódico The Times un artículo en el que especulaba con la posibilidad de que el radio podía ser un compuesto de plomo que contuviese cinco átomos de helio. Marie decidió probar más allá de toda duda razonable que el radio era un elemento. En 1907 consiguió 0,4 g de RaCl2 y volvió a determinar el peso atómico, obteniendo 226,45. No satisfecha, en 1910 aisló el radio elemental por electrolisis de RaCl2 en mercurio y destilándolo de la amalgama. Ya no había duda posible. El 8 de noviembre de 1911 la Academia Sueca anunciaba que se había concedido el premio Nobel de Química a Marie Curie por el descubrimiento del polonio y el radio.