Aprender a Respetar las Diferencias

May 15, 2021
Columna
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En esta emisión de Mujeres que Impactan, Andrea Castañeda, mujer trans y maquilladora empírica, habla acerca de la importancia de promover espacios tolerantes y respetuosos para con la comunidad diversa. Como también generarles oportunidades laborales justas.


“Elegir ser mujer es una de las cosas más lindas que he hecho'', cuenta Andrea Castañeda, mujer trans y maquilladora empírica con 18 años de trayectoria en cine, teatro, televisión y moda, “y me ha hecho darme cuenta de que las mujeres somos muy fuertes”. Ante la discriminación, las imposiciones sociales, y los binarismo de género, la maquilladora ha reflexionado que lo que hace falta es el respeto y la empatía. 


Como bien señala Andrea, el problema surge cuando, en vez de ejercer una crianza responsable, los padres dejan en manos de colegios y maestros enseñar valores y de ciencia básica a sus hijos. Pero esta es una responsabilidad del hogar, un deber ético y moral para con las siguientes generaciones. 


Pues gracias a estas malas prácticas, hoy en día existen adutos que carecen del respeto hacia las diferencias. Cargan en sus corazones el odio e intolerancia por quienes le representan una “otredad” y le temen a quienes no tienen miedo a ser sí mismos.


Esto se ve reflejado en aquellas personas que hacen un mal uso de las redes sociales, utilizándolas para esparcir mensajes de odio. Por esta razón, la maquilladora hace un llamado a un uso responsable de estas plataformas, pues son medios para informarse y fácilmente pueden ser territorio de igualdad y comprensión en vez de espacios de intolerancia.


Ante este tipo de prejuicios es que lucha la maquilladora. Como mujer trans, se ha encontrado con muchas personas tanto ignorantes como transfóbicas que le han cerrado la puerta a muchas oportunidades que, en la industria del entretenimiento, pueden ser pérdidas significativas para su carrera.


Durante 18 años en moda y 12 en teatro, cine y televisión, Andrea se ha encontrado en situaciones que han probado tanto su fortaleza como su paciencia. Por esta razón, ella se enfoca en siempre promover el respeto hacia las diversidades.


“Como si fuese pecado ser gorda o vieja”, reflexiona la maquilladora que, próxima a cumplir 37 años, señala que ni siquiera está en una edad como para ser clasificada como ‘vieja’ y tampoco estar recibiendo críticas por ello, “es como si cualquier diferencia es inválida”. Pues, el ser mujer ha significado por mucho tiempo ser el foco de este tipo de críticas, gracias a los estándares irreales y eurocéntricos de lo que debe ser la belleza.


Para las futuras generaciones, Andrea tiene mucha esperanza y fe en que impulsarán un cambio. “Hoy son conversaciones diferentes”, reflexiona ella, “ya no se está hablando de género como limitante”. Por lo que ella señala cómo es de necesario dar todo el apoyo posible a que estas conversaciones se den.


Es cuestión de visibilización, más que todo, para que haya un verdadero cambio. Hace falta que se den diálogos abiertos y respetuosos sobre nuestras nuevas realidades para que, así mismo, se abran oportunidades en cualquier ámbito para personas diversas que tienen mucho talento. 


Es importante que las directivas y dueños de empresas den oportunidades a personas de la comunidad diversa y trans tanto como se la dan a personas cisgénero. Pues cuentan con el mismo tipo de habilidades y es importante reconocer el talento que existe allá afuera.


Ante estas dificultades, Andrea ha encontrado que la mejor forma de resistencia es el amarse a sí misma incondicionalmente, el tenerse paciencia y querer lo mejor para sí ante cualquier circunstancia ha sido una de las mayores fortalezas que ha desarrollado frente a la intolerancia.


Como también uno de sus pilares ha sido su familia, su madre y hermano han sido sus más fuertes aliados incluso a la distancia. Para ella, es fundamental tener una res de apoyo, una comunidad con la que se puede contar incondicionalmente, sin importar en qué parte del espectro de género una persona se encuentre, es una necesidad básica humana.


Aprender a Respetar las Diferencias

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En esta emisión de Mujeres que Impactan, Andrea Castañeda, mujer trans y maquilladora empírica, habla acerca de la importancia de promover espacios tolerantes y respetuosos para con la comunidad diversa. Como también generarles oportunidades laborales justas.


“Elegir ser mujer es una de las cosas más lindas que he hecho'', cuenta Andrea Castañeda, mujer trans y maquilladora empírica con 18 años de trayectoria en cine, teatro, televisión y moda, “y me ha hecho darme cuenta de que las mujeres somos muy fuertes”. Ante la discriminación, las imposiciones sociales, y los binarismo de género, la maquilladora ha reflexionado que lo que hace falta es el respeto y la empatía. 


Como bien señala Andrea, el problema surge cuando, en vez de ejercer una crianza responsable, los padres dejan en manos de colegios y maestros enseñar valores y de ciencia básica a sus hijos. Pero esta es una responsabilidad del hogar, un deber ético y moral para con las siguientes generaciones. 


Pues gracias a estas malas prácticas, hoy en día existen adutos que carecen del respeto hacia las diferencias. Cargan en sus corazones el odio e intolerancia por quienes le representan una “otredad” y le temen a quienes no tienen miedo a ser sí mismos.


Esto se ve reflejado en aquellas personas que hacen un mal uso de las redes sociales, utilizándolas para esparcir mensajes de odio. Por esta razón, la maquilladora hace un llamado a un uso responsable de estas plataformas, pues son medios para informarse y fácilmente pueden ser territorio de igualdad y comprensión en vez de espacios de intolerancia.


Ante este tipo de prejuicios es que lucha la maquilladora. Como mujer trans, se ha encontrado con muchas personas tanto ignorantes como transfóbicas que le han cerrado la puerta a muchas oportunidades que, en la industria del entretenimiento, pueden ser pérdidas significativas para su carrera.


Durante 18 años en moda y 12 en teatro, cine y televisión, Andrea se ha encontrado en situaciones que han probado tanto su fortaleza como su paciencia. Por esta razón, ella se enfoca en siempre promover el respeto hacia las diversidades.


“Como si fuese pecado ser gorda o vieja”, reflexiona la maquilladora que, próxima a cumplir 37 años, señala que ni siquiera está en una edad como para ser clasificada como ‘vieja’ y tampoco estar recibiendo críticas por ello, “es como si cualquier diferencia es inválida”. Pues, el ser mujer ha significado por mucho tiempo ser el foco de este tipo de críticas, gracias a los estándares irreales y eurocéntricos de lo que debe ser la belleza.


Para las futuras generaciones, Andrea tiene mucha esperanza y fe en que impulsarán un cambio. “Hoy son conversaciones diferentes”, reflexiona ella, “ya no se está hablando de género como limitante”. Por lo que ella señala cómo es de necesario dar todo el apoyo posible a que estas conversaciones se den.


Es cuestión de visibilización, más que todo, para que haya un verdadero cambio. Hace falta que se den diálogos abiertos y respetuosos sobre nuestras nuevas realidades para que, así mismo, se abran oportunidades en cualquier ámbito para personas diversas que tienen mucho talento. 


Es importante que las directivas y dueños de empresas den oportunidades a personas de la comunidad diversa y trans tanto como se la dan a personas cisgénero. Pues cuentan con el mismo tipo de habilidades y es importante reconocer el talento que existe allá afuera.


Ante estas dificultades, Andrea ha encontrado que la mejor forma de resistencia es el amarse a sí misma incondicionalmente, el tenerse paciencia y querer lo mejor para sí ante cualquier circunstancia ha sido una de las mayores fortalezas que ha desarrollado frente a la intolerancia.


Como también uno de sus pilares ha sido su familia, su madre y hermano han sido sus más fuertes aliados incluso a la distancia. Para ella, es fundamental tener una res de apoyo, una comunidad con la que se puede contar incondicionalmente, sin importar en qué parte del espectro de género una persona se encuentre, es una necesidad básica humana.


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